FIFA 21 ha vivido esta semana los días más extraños de su historia. La comunidad destapó un verdadero escándalo: el mercado negro en el que se traficaban con cartas para el modo de juego FUT. Las operaciones, que aunque limitadas no eran pocas, consistían en la venta directa de las cartas más destacadas en el competitivo a precios exorbitantes que podían llegar a alcanzar hasta 1.500 dólares. Una operación que atenta contra todos los términos de uso y servicio de Electronic Arts.
La situación se bautizó rápidamente como EAGate y la editora comenzó una investigación interna ante la posibilidad de que uno de sus empleados estuviera involucrado en la venta y distribución de estos productos. Ahora, apenas 48 después de que comenzasen las acusaciones, en la desarrolladora han admitido que tenían un “topo” en la compañía y están comenzando a depurar responsabilidades por uno de los atropellos más surrealistas de la historia del videojuego.
Así lo ha confirmado Electronic Arts en sus últimas Pitch Notes, donde ha dado una actualización de lo acontecido. Todavía con la investigación a medio camino, parece que no serán pocos los usuarios que acaben viendo sus cuentas baneadas de forma permanente y que se queden sin los artículos por los que pagaron. Además, desde la desarrolladora aseguran que tomarán “acciones” contra su empleado. Eso sí, no han determinado de que tipo.
Según EA, el sistema de envío de contenidos es fundamental en el juego: campañas publicitarias, servicios a los jugadores que pierden su inventario y hasta pruebas de diversas cartas antes de su estreno final. Sin embargo, el mal uso de los empleados que tienen acceso a este puede derivar en efectos como el que ya hemos visto. No obstante, defienden que tienen un alcance limitado y que nunca se lo tomarán a la ligera.
Electronic Arts ha deshabilitado, pese a todo, este servicio de entrega directa de contenidos de forma temporal. FIFA 21 quedó tocado con las certeras acusaciones de los jugadores, y parece que desde la desarrolladora harán todo lo posible para hacer que este episodio se quede en una de las anécdotas más surrealistas de la historia de los videojuegos.