Que levante la mano el lector que no eche de menos los lejanos días en los que empezábamos a jugar a League of Legends y aquellas cosas que solíamos hacer. Las primeras partidas tenían sus propias normas y estrategias que solían funcionar contra rivales poco experimentados que desconocían muchas de las normas del juego. Un tiempo que siempre parece mejor cuando lo vemos en retrospectiva y del que sacamos los aprendizajes más básicos que nos han llevado hasta donde quiera que estemos en el título de Riot Games.
Sin embargo, las jugadas que llevábamos a cabo cuando éramos unos completos noobs no deberían de quedar en el olvido. Si en su momento funcionaban era porque los rivales tenían tan poca idea de jugar como nosotros, pero incluso contra jugadores algo más experimentados les podemos sacar partido. El motivo no es el mismo y se debe, más bien, a que nadie esperaría este tipo de movimientos ante rivales algo más experimentados, un desconcierto que podemos utilizar en nuestro favor.
En la jugada que os traemos, queda bastante claro. El League of Legends de sus primeras etapas todavía puede ser válido y esperar en el arbusto darnos una ventaja decisiva para la partida. En este caso fue mucho más que eso, y no siempre vamos a conseguir cinco o seis bajas gracias a este tipo de movimientos. Sin embargo, si sorprendemos en nuestras partidas clasificatorias podemos llevarnos ventaja de Hechizos de Invocador o incluso una primera sangre para empezar con el efecto bola de nieve.
En partidas clasificatorias es normal abusar de estrategias fiables y evitar que nuestro equipo haga experimentos. La mayor parte de los jugadores son desconfiados y tienen buenos motivos para ellos. Sin embargo, llevar a cabo algunas jugadas alternativas de eficacia demostrada de la mano de algún compañero puede ayudarnos a subir de rango en League of Legends, y os podemos asegurar que este tipo de movimientos inesperados tienen por costumbre dar buenos resultados.
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