Project Resistance se presentó con un título en el que la R y la E estaban marcados en rojo, lo que podría haber supuesto una nueva incursión dentro de la saga Resident Evil después de dos éxitos de crítica y público como RE VII y el remake de Resident Evil 2. Sin embargo, la desarrolladora solo mantendrá una cosa de la franquicia, los zombis.
Durante el Tokyo Game Show 2019, Capcom ha mostrado por fin gameplay de Project Resistance y ha resultado ser un juego multijugador asimétrico en el que cuatro usuarios tendrán que acabar con los zombis y huir del escenario mientras hacen frente a hordas de no muertos y a una "mastermind" encarnada por otro usuario.
Un regusto a Left 4 Dead
Los elementos cooperativos y los zombis recuerdan de forma irremediable a la obra de Valve, una que se reivindicó por segunda vez con una secuela y cuya tercera entrega -maldita, claro está- parece que no va a llegar jamás. Project Resistance parece querer tomar el testigo presentando una aventura muy marcada por el cooperativo con personajes con diferentes habilidades y especializaciones para dotar de mayor profundidad al conjunto.
La idea que plantea la desarrolladora es que los jugadores consigan jugar de forma coordina ya que así será mucho más sencillo poder superar al rival detrás de las cámaras. Los cuatro supervivientes no son la panacea de la originalidad, pero su inclusión parece ser lo suficientemente atractiva como para expandir la experiencia hasta poder dominar a todos ellos, o convertirte en un especialista de alguno en concreto. Además, Capcom siempre tendrá la posibilidad de añadir nuevas mecánicas dentro del juego y con ellas a otros personajes.
De esta manera, encontramos Valerie, una joven que hace las veces de healer y podrá curar a los compañeros caidos, además será capaz de lanzar una habilidad con la que recalcar qué elementos de utilidad hay por el escenario y se pueden recoger y guardar. Tyrone hará las veces de tanque y tendrá la capacidad de hacer que el daño que reciban sus compañeros se vea disminuido, por lo que una vez más se hace hincapié en la utilidad de la cooperación. January será un hacker que podrá apagar y deshabilitar las cámaras de la mente maestra, una de las principales ventajas del rival; por otro lado, podrá ralentizar las bestias invocadas por el usuario entre bambalinas. Finalmente, Samuel se encargará de repartir mamporros con armas cuerpo a cuerpo, aunque los demás también pueden, este será especialmente eficaz; además, será capaz de tumbar a zombis con sus propias manos.
Como hemos mencionado, no solo Samuel podrá acabar con zombis, cada jugador tendrá una serie de créditos -limitados, eso sí- con los que poder confeccionar un inventario en el que incluir diferentes armas y objetos que pueda resultar de utilidad para salir con vida. Mientras que la potencia de fuego y la munición escaseará, será posible hacer acopio de armas cuerpo a cuerpo, como por ejemplo bates de béisbol. Sin embargo, para no abusar de ellos, estas armas blancas tendrá una serie limitado de usos.
Una de las novedades con respecto a la fórmula tradicional será la inclusión de un multijugador asimétrico en el que participarán cinco jugadores: cuatro encargados de salir de la pantalla y otro más con el objetivo de ponerles las cosas muy complicadas. Las mecánicas de este segundo jugador abarcarán las posibilidad de controlar diferentes camaras de los escenarios con las que poder vigilar y atacar a los otros cuatro jugadores antes de que las destruyan. La idea es que este jugador consiga, poco a poco, ir separando al grupo para eliminar a los jugadores por separado, algo mucho más sencillo si la cuadrilla se dispersa.
Además, la mastermind, o mente maestra, tendrá la posibilidad de colocar a diferentes tipos de zombis por el mapeado, será capaz de apagar las luces de determinadas zonas para complicar las cosas a sus rivales y también será capaz de establecer trampas en pasillos o detrás de puertas. Por último, la mente maestra podrá controlar a zombis y a una bestia enorme no muerta que será su arma definitiva.
El tiempo es oro
La otra dinámica fundamental de Project Resistance es el minutero que aparecer en la parte superior de la pantalla. El tiempo será fundamental en este juego y la cooperación para exprimirlo al máximo será clave para salir con vida de las tres zonas. Al principio de la partida los jugadores contarán con cinco minutos, una cantidad ajustada pero suficiente para conseguir lograr escapar.
Como decíamos, la mente maestra podrá colocar trampas, algunas con un efecto aturdidor que provocará que los jugadores pierdan unos segundos que al final de la partida podrían ser vitales. No obstante, con la colaboración del resto de miembros, y sobre todo sin ir a lo loco por el escenario, será posible desconectar y deshabilitar esas trampas para no perder demasiado tiempo. Sin embargo, aquí entra en juego la otra parte del mutlijugador, y es que el mastermind podrá jugar con estos elementos para colocar más de un mismo artefacto en una zona para que la primera actue como cebo y sea la segunda la verdadera protagonista.
En este apartado entrará la capacidad de innovar y la destreza a la hora de plantear las partidas por ambas partes. Project Resistance no parece ser tanto un juego de fuerza bruta como un intrincado puzzle mental en el que los cuatro supervivientes se verán constantemente puestos a prueba por el quinto jugador. Lo cierto es que la elección del término mastermind parece encajar como anillo al dedo para un papel del que dependerá, en buena parte, la carga emocional del juego. La virtud de los multijugadores asimétricos, y en general cualquier apartado online, está en conseguir equilibrar las dos fuerzas para que la tensión, y la diversión, puedan conectarse.
Los jugadores pueden registrarse ya para jugar a la beta en la propia página web de Project Resistance. Esta fase de pruebas estará disponible del 7 al 10 de octubre, de este año 2019, para PS4 y Xbox One, aunque el juego se está desarrollando también en PC. Ahora solo queda esperar para ver si el nuevo juego de Capcom se asemeja más a Left 4 Dead o a Evolve, no tanto en el gameplay, sino en la consecución de un éxito que se puede antojar complicado.