No son buenos tiempos, gracias a la pandemia actual que arrasa el mundo, para los comercios locales en ninguna parte del mundo, ya se trate de una frutería o de un restaurante... Pero la situación es peor para los negocios en los que se aglomera gente, como cines o salones recreativos. Si a esto le sumamos que varios de estos negocios ya estaban viviendo una situación complicada, cuanto menos, el resultado es un cóctel explosivo que puede llevar a la desaparición de sectores completos de la industria.
En esta ocasión, en particular, vamos a tratar el problema de los salones recreativos japoneses, que han sido desde hace décadas paradigma del entretenimiento digital en el país del sol naciente, con la cultura de acudir a estos locales (que en ocasiones ocupan edificios completos de varias plantas) para jugar tanto solos, como contra otros jugadores a los mejores juegos disponibles en el mercado de las recreativas.
Gracias a una reciente entrevista a Yahoo News hemos podido saber que la situación es casi crítica, según comentaasushi Fukamachi, que lleva el salón recreativo llamado Mikado, que cuenta con más de 250 recreativas, y está ubicado en el céntrico barrio de Shinjuju, en Tokio. Y
Para entender la situación crítica de este tipo de negocios hay que retroceder hasta los primeros días de la pandemia, cuando los salones recreativos sufrieron el primer gran golpe, al quedar cerrados durante nada menos que dos meses por obligación, lo que hizo que muchos de estos locales simplemente no volvieran a abrir. Los que si pudieron volver a levantar la reja sufrieron una recuperación de lo más lenta, ya que "los clientes volvieron lentamente", aunque para el mes de noviembre de 2020 ya estaban al 90% de los niveles anteriores.
Sin embargo en diciembre los números volvieron a bajar terriblemente, con ocupaciones por debajo del 50%, a pesar de la implementación de todo tipo de medidas de seguridad, como desifección de las monedas, separación de las cabinas de juego y más... A esto hay que sumarle las restrucciones actuales que impone el gobierno japonés y que obligan a cerrar pronto todos los establecimientos (de una manera similar a la de España, por ejemplo), y con ayudas para bares y restaurantes... Pero no para salones recreativos. Esta diferenciación está siendo de capital importancia para la industria de los salones recreativos, que se nutría también de los jugadores nocturnos para conseguir mantenerse abiertos.
Todo esto ahonda en la crisis de este sector que ha hecho que los salones recreativos hayan caído de 22.000 en 1989, a solo 4000 en 2019, según los registros de la policía. Y esto sin contar todos los que han ido cayendo desde el inicio de la pandemia por Covid-19 durante 2020. E incluso se puede profundizar en el cambio de paradigma en estos salones recreativos, por la proliferación de máquinas de gachapón (las de la garrita que coge los peluches), y que cada vez más se imponen a las máquinas de videojuegos tradicionales, que según un estudio ya solo suponen el 13% de la recaudación de estos locales. Aquí la competencia con consolas y, sobre todo, móviles ha sido criminal. No todo va a ser culpa del Covid.
Por todo esto, salones recreativos como el de Mikado tienen ante sí un futuro bastante negro. Sin embargo, Yasushi Fukamachi, manager de este salón ofrece un rayo de esperanza, ya que a través de la financiación colectiva ha conseguido 350.000 dólares para mantenerse a flote, y además cuenta con un canal de YouTube con 80.000 suscriptores que cada noche hace directos de las partidas que allí se juega, para poder llegar a más jugadores y conseguir ingresos extra por los anuncios.
Al final todo va de 'renovarse o morir', aunque cada vez parece más complicado tener la oportunidad de renovarse...