Hace unas semanas llegó Egoland, un servidor para el videojuego de supervivencia Rust, liderado por algunos de los streamers de habla hispana más importantes del momento, como Ibai, Auronplay o Rubius. Ahora, pocas semanas después, se ha anunciado que el evento cerrará de forma definitiva el próximo 3 de febrero.
Parece que las cosas no han salido como se esperaban. Los egos, que precisamente dan nombre al servidor, parecen haber sido la clave de que, lo que en principio parecía un bonito proyecto para entretener, haya acabado en un nido de polémicas.
Esta especie de Gran Hermano de influencers ha sido más popular por los comportamientos retrógados de algunos de sus participantes que por entretener. Ya habréis visto por redes sociales la polémica generada por una discusión en la que se encontraban Tense, Cheeto, Sarinha o MissAndie.
Esa quizás haya sido la gota que ha colmado el vaso. Y la más desagradable por su evidente contenido machista, a pesar del chat de proximidad. También hemos visto otros piques más efímeros, como el de Rubius con Thegrefg, en el que ambos se enzarzaron en una discusión: "por quedar bien con sus viewers, se queda sin servidor", dijo Elrubius después de que TheGrefg lo matase, saltándose las normas establecidas.
Aunque ya dijeron que la intención era de que la serie de Egoland no fuera demasiado larga, parece que estas discrepancias entre los populares personajes han puesto un fin bastante más cercano de lo que en un principio. En unos días ha habido más mal rollo que en la Isla de las Tentaciones. Y es una pena, porque la idea de juntar a más de 70 streamers era genial; pero también echar gasolina al fuego.
Influye que cada uno de los streamers tienen sus propios intereses y su público. Es lógico que miren por ellos, pero quizás no es ético pisar al resto de compañeros simplemente por destacar o por "hacer la gracia". Muchos de ellos son amigos y los piques entre amistades suelen ser incluso sanos. Pero se han visto situaciones en las que algunas de estas estrellas no han podido disimular su malestar e incomodidad. Y en muchos casos, es normal. Todo tiene un límite.
¿El fin de la popularidad de Rust?
Rust es un juego de 2013 que, si bien mantuvo su base de jugadores a lo largo de los años, en los últimos meses ha crecido exponencialmente. De 80.000 jugadores recurrentes pasaron a más de 200.000. Y Twitch se ha llenado de contenido sobre el juego, ganando miles de espectadores; normal si los más importantes de habla hispana están siempre con el juego.
Un experimento que no ha salido tan bien como se esperaba; aunque sí ha sido fiel al nombre que se le puso. Queda una semana para disfrutar de Egoland, y esperamos que en este tiempo, sepan ponerle un bonito broche a una de las mejores ideas que los creadores de contenido han tenido en los últimos meses.
Ahora, solo queda esperar para saber qué pasará con Rust, y si su burbuja pinchará tras el cierre de Egoland, como lo han hecho las de Fall Guys o Among Us en los últimos meses.