Microsoft estaba a punto de tomar una de las medidas más impopulares de la historia con Xbox Live Gold: subir el precio. El aumento afectaba, además, a los usuarios que compraban la suscripción en packs temporales de forma que tuvieran que pagar el doble por hacerse con el servicio anual. Sin embargo, ante la presión de los consumidores por esta medida que los atacaba frontalmente, la marca se ha visto obligada a dar marcha atrás y ha buscado soluciones para tratar de compensar a su público.
Tanto en redes sociales como en su propia página web, Microsoft ha querido pedir disculpas a todos los jugadores. “Lo de hoy no estuvo bien. Siempre tratamos de hacerlo lo mejor posible por vosotros y no hemos estado a la altura. Os hemos escuchado, y revertiremos la actualización de precio de Xbox Live Gold”, comentaron desde la compañía en sus redes sociales oficiales.
Este cambio en el precio para dejarlo exactamente como estaba antes no llegará solo. Desde Microsoft sabían que debían darle algo a los consumidores para ayudarles a olvidar lo que podría haber sido una de las medidas más duras de la historia, y para ello han decidido realizar un cambio histórico: “Para que Xbox Live esté más en línea con la forma en la que vemos a los jugadores, eliminaremos los requisitos Gold para jugar a títulos free to play. Ya hemos comenzado a trabajar en ello, y tendréis una actualización en los próximos meses”.
La desarrolladora se saca de encima un problema que ella misma generó y da carpetazo al que podría haber sido un capítulo de lo más gris. Además, se adapta finalmente a la norma general en diferentes servicios en los que jugar en línea a Fortnite u otros juegos gratuitos no requiere el pago adicional del servicio de suscripción a internet. Aunque, eso sí, tardarán unos meses en implementarlo.
Esta membresía de pago, inaugurada en la generación de Xbox 360, se ha convertido en una de las estrategias que menos gustan a los consumidores. El PC ha demostrado en infinidad de ocasiones que es sostenible no pagar por jugar en línea, y un aumento de precio es lo último que quiere ver el consumidor en un servicio que parece injusto per se.