Los tramposos son uno de los grandes problemas del mundo de los videojuegos y se han convertido en un dolor de cabeza para todas las desarrolladoras de shooters en línea. Ningún título competitivo es capaz de escapar a este mal por muchos esfuerzos que hagan las empresas o la comunidad por evitar que los hackers acaben apareciendo regularmente en los servidores.
La oferta para los grandes juegos es tan amplia que una búsqueda en Google es suficiente como para encontrar todos los utensilios que necesitamos para convertirnos en unos tramposos de aúpa. Sin embargo, hay un problema con este tipo de sistemas gratuitos destinados a amargar la experiencia al resto de los jugadores: nunca te puedes fiar de que sus creadores no tengan malos propósitos.
La sorpresa se la han llevado un grupo de jugadores de Rainbow Six: Siege que vieron como después de descargarse unos hacks gratuitos de una página de trampas recibieron un mensaje en el que se les notificaba que su ordenador había sido secuestrado. Básicamente, para hacer que se ponga a minar bitcoins de forma incansable en los periodos de menor uso. Todo con el pretexto de que son gratis y, según explican en su propio servidor de Discord: “de alguna forma tenemos que ganar dinero”.
La reacción lógica de una persona en sus cabales sería desinstalar Windows, poner el PC en estado de fábrica y no volver a pensar siquiera en hacer trampas. Sin embargo y según declaran estos hackers, han creado varias puertas traseras en la BIOS para que cualquier solución sencilla no sirva de nada. Eso sí, han tenido la “consideración” de no hacerlo a horas punta y aprovechar los periodos en los que no se usa el ordenador.
Los hacks se han convertido en una verdadera industria paralela. Hacerse con trampas es fácil, pero buscar las que sean realmente buenas y difíciles de detectar puede suponer un desembolso de más de quinientos euros mensuales. Pese a todo no faltan clientes, aunque este castigo haya sido excesivo… ¿o no?
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