Una de las problemáticas de League of Legends que Riot Games ha conseguido ir subsanando a lo largo de los últimos años es la de la diversidad de campeones. A la desarrolladora siempre se le acusó de que el juego estaba desequilibrado utilizando como prueba los pocos campeones que se utilizaban en competitivo. Afortunadamente, la tendencia se ha invertido y cada vez vemos más personajes que parecen ajenos al metajuego del momento.
Sin embargo, hay unos cuantos que parecen completamente inviables en competitivo y que llevan años sin aparecer. Casos como el de Garen (a excepción de su combinación con Yuumi) o Amumu, que apenas se seleccionan en una o dos partidas cada temporada. Una lista en la que bien podría entrar Udyr, pero que debe abandonar preventivamente tras ser seleccionado en la LCK y, además, haber tenido una actuación clave que permitió a DRX ganar la segunda partida de la serie.
El campeón fue seleccionado por Pyosik, que lo combino con Quimiotanque Turbo como elección de objeto mítico y una selección de runas en la que destacaba la Irrupción de Fase. Una combinación para ir a toda velocidad por la Grieta del Invocador que entró en funcionamiento desde bien pronto, con Udyr marcando el ritmo en la jungla con su siempre rapidísima limpieza de campamentos.
La última vez que el campeón había ganado una partida en una gran liga fue a manos de Xmithie en un enfrentamiento entre CLG y Cloud 9 en el año 2016. Desde entonces apenas había aparecido una media de una vez por temporada contando todos sus asaltos a la Grieta del Invocador por derrotas. Aun así, sirvió para comenzar una remontada de DRX que se confirmaría en la tercera partida.
Pese a los aspectos positivos, que no han sido pocos, también quedará para el recuerdo una de las situaciones más surrealistas de toda la competición. Con un juego de la pilla ante Nidalee en la zona de Dragón que deja claro las debilidades que, pese a todo, tiene este jungler.