Foto: Essentially Esports
Los tramposos y los videojuegos competitivos son dos conceptos que siempre han ido de la mano. Y Valorant no es una excepción. Aquellos que usan aimbot y wallhack socavan en gran medida la integridad competitiva de los partidos. El problema es aún más grave cuando se realiza eso a nivel profesional, donde hay mucho dinero en juego.
Los jugadores profesionales son muy conscientes de estos problemas y se enfrentan a fuertes sanciones si los atrapan con las manos en la masa (y ya ha ocurrido unas cuantas veces). Rapaztriste, de Movistar Riders, ha sido uno de esos casos. El jugador profesional portugués fue despedido de su equipo después de que una investigación concluyera que hizo trampa en competición.
Movistar Riders no es el club europeo más grande de Valorant. Sin embargo, intenta crecer y lleva haciendo pequeños torneos desde noviembre pasado. Incluso se intentó clasificar para el torneo principal de First Strike Europe, pero Prodigy tumbó ese sueño. Si bien busca progresar y ser reconocido, el equipo lo último que necesitaba era ganarse fama de tramposos.
Durante la primera eliminatoria de las LVP Rising Series (torneo con 5.000 euros en premio en metálico), el jugador portugués despertó sospechas al realizar acciones cuestionables durante los partidos. Movistar Riders, en asociación con Riot Games, realizó la investigación, exponiendo el comportamiento reprobable de Rapaztriste.
En consecuencia, la selección española fue descalificada de la competición. Sin embargo, los organizadores no se lo reprochan y elogiaron la cooperación y transparencia del club. Sin embargo, el futuro puede ser mucho más complicado para Rapaztriste.
Su nombre se verá empañado por un tiempo y no está claro si otro equipo profesional estará dispuesto a darle otra oportunidad pronto. Por el lado de Movistar Riders, ahora hay que buscar un nuevo jugador.