Si hubiera que definir el universo de la creación de contenido de este año 2020 con un nombre propio ese sería, sin duda, Ibai Llanos. El narrador vasco ha aumentado su popularidad a ritmo meteórico desde su unión a G2 Esports de la mano de Reven, BarbeQ y Ander. Una apuesta del club de deportes electrónicos y de los propios influencers para adoptar un rol diferente en la industria que no le habría podido salir mejor a ninguna de las partes.
Sin embargo, con este salto al estrellato de internet, ha llegado a la G2 House la parte más desagradable del fenómeno fan. Una situación que se ha acentuado ahora que la dirección de la vivienda de los streamers parece haberse convertido en un conocimiento de dominio público en los alrededores de la localidad en la que viven. Ya que están comenzando a sufrir acoso por parte de los fans que, además, ha llegado al punto de pasar de lo simplemente molesto a lo temerario.
David Bayón, un trabajador de G2 Esports ha señalado en sus redes sociales que hay límites de los que no se puede pasar. “Esta super gracioso venir a la casa y llamar al telefonillo, pero esperar con vuestros coches fuera y poneros a perseguir al primero que sale de la G2 House (…) e intentar cerrarle el paso en la rotonda es otro nivel”, expresó este captador de talento y gestor de proyectos del club para el que trabajan Ibai Llanos y sus compañeros.
Lo cierto es que en sus palabras se esconde el clásico “elefante en la habitación”. Hay que tener en cuenta de que estamos hablando de una persecución en coche, lo que implica que hay un mayor de edad al volante y que esto no se trata de la chiquillada de un niño que todavía no haya entendido por qué está mal molestar a las personas mientras están en su domicilio o hacen su vida cotidiana.
La situación ya se ha repetido en muchas ocasiones. Ibai lo denunció con extensas declaraciones al respecto en su canal de Twitch y no sería el primer creador de contenido que tiene que abandonar su domicilio para mudarse a otra localidad o dirección debido a este tipo de sucesos. Algo tiene que cambiar, pero el fenómeno fan necesita quitarse de encima esta parte desagradable