Uno podría pensar que Scavengers es el enésimo juego que intenta copiar la exitosa fórmula de los battle royale, con un mapa gigantesco, jugadores agrupados en equipos que intentan darse caza mutuamente y un sistema de niveles y clasificación para poder tener presente quién es el mejor en cada partida. Pero pensar todo eso es un error, porque Scavengers, efectivamente, sí que bebe de esa fórmula de los battle royale pero la reestructura de forma original, cosa que le permite distanciarse del resto de juegos con los que comparte género. Puede que no para convertirse en un referente a seguir, pero sí para que, por lo menos, pueda construir su propia comunidad en un título con ciertas reminiscencias a Apex Legends, Fortnite o incluso League of Legends.
El planteamiento de Scavengers arrastra a los jugadores a la más pura esencia de la supervivencia. Un grupo de soldados son desplegados en un mapa enorme y, para poder escapar, deben recuperar una serie de materiales (datapoints) y llevarlos hasta la nave que iniciará su despegue al final de la partida. Los jugadores son esos soldados y su tarea es conseguir, como decíamos, unos materiales específicos. El equipo que más material obtenga y consiga llegar a la nave y escapar con vida, gana la partida. Es decir, que aquí no hace falta ser James Bond ni tener una puntería descomunal, sino ingenio, saber posicionarse en el mapa y elegir bien las rotaciones.
Todos los equipos son lanzados en un gran páramo helado, que parece dejado de la mano de Dios, su única preocupación desde el mismo momento en el que los jugadores se ponen a los mandos de sus personajes es encontrar recursos para sobrevivir: armas, granadas, etc. En ese sentido Scavengers no reinventa la rueda, puesto que funciona igual que cualquier otro videojuego multijugador, como decíamos, al estilo battle royale. Sin embargo, en lo que sí destaca en introducir una serie de mecánicas que obliga a los jugadores a tener que preocuparse de muchas más cosas además de los puntos de salud del personaje, como la barra de energía.
Por ejemplo, en Scavengers hay que estar atentos al clima que nos rodea. En el mapa, de vez en cuando, pueden aparecer ventiscas y tormentas que nos obliguen a ponernos a cubierto para evitar ser arrasados por ella. A eso, claro, hay que sumarle el clásico círculo de gas, tormenta, zona o como queráis llamarlo que cada vez hace más y más pequeño el mapa hasta llevar a los jugadores a una misma zona, estrecha y concreta. En este sentido, Scavengers presenta muchos más inputs a los que estar atento que hacen que el gameplay sea mucho más ágil y dinámico y no tan monótono.
Hay muchos factores que entran en juego y, si queremos ganar, hay que estar atento a todos. El propio juego, de hecho, es el que te invita a estar moviéndote sin parar por todo el mapa. Al tener que conseguir materiales para posicionarnos lo más arriba posible de la table de clasificación y llegar a la nave con vida para ganar, el juego te hace estar de un lado a otro sin parar en busca de esos puntos para rebasar a otros jugadores. Es más, hasta te hace plantear los enfrentamientos, en el sentido de intentar evitarlos lo máximo posible, porque si nos matan perdemos puntuación y los rivales nos la pueden robar. Es como soltar el uranio en Black Ops Cold War o el dinero en botín de Warzone. Solo que en Scavengers matar en cantidad es más complicado debido a la escasez de municiones, la cantidad de monstruos por metro cuadrado que hay y los temporales, que pueden echarlo todo por la borda.
Cada jugador tendrá que seleccionar una clase antes de lanzarse al campo de batalla (clases que se pueden mejorar y subir de nivel con el tiempo). Vendrían a ser como los clásicos operadores: cada uno con unas características y habilidades únicas que lo diferencian del resto en el campo de batalla. Todo muy Apex Legends, pero con un toque personal más focalizado en esa supervivencia. Así pues, podemos encontrar, por ejemplo, un especialista en fusil de asalto o uno que tenga más mano para los francotiradores. En la práctica, todos pueden usar las mismas armas, pero cada cual posee, como decíamos, unas habilidades que sean más diestros con el equipo correcto. Además de soltar alguna que otra “magia” en el campo de batalla, por descontado
Un mundo helado muy Borderlands
Es evidente que una de las principales fuentes de inspiración de Midwinter Entertainment ha sido Borderlands, tanto en los apartados visuales del juego como en la concepción de puntos calientes repletos de enemigos a los que hay que abatir si queremos hacernos con el loot que custodian. El mapa de Scavengers es un no parar, y eso es muy, pero que muy bueno. Aunque ir de una zona a otra, a veces, puede hacerse un poco tedioso (porque realmente el mapa es bastante impresionante en lo que respecta a tamaño) lo cierto es que vale la pena una vez llegas a cada área, porque ya sea para conseguir datapoints o para, simplemente, buscar batalla, los enfrentamientos son de lo más dinámicos.
Los enemigos de Scavengers, eso sí, no es que sean los más listos del mundo. Pero es bastante acertado que los seres y monstruos con los que nos topamos tengan más bien una IA ajustada, porque de tener una que nos pusiera contra las cuerdas no podríamos hacer nada si un grupo de jugadores reales nos empezase a disparar a la par que lo hace la máquina. Ese punto intermedio es el que mantiene alta la diversión del juego, porque si no eres de shooters competitivos y sufres contra otros usuarios que sí gocen de una buena puntería, encontrarás refugio en los combates contra la máquina.
Y, ojo, que hay enemigos en abundancia y de muchos tipos: tenemos osos mutantes, soldados, mercenarios, seres que parecen sacados de Gears of War 2 (los Sire) y hasta jefes de zona que pueden hacer que gastemos más munición de la que deberíamos. No nos olvidemos de que estamos en un mundo postapocalíptico y los recursos no es que abunden precisamente. O por lo menos no lo hacen en puntos que sean de fácil acceso, lo cual nos obliga a tener que medir bien las balas que soltamos e incluso las distancias que podemos recorrer, porque podemos congelarnos en mitad del camino si no hay fogatas o refugios cerca, y eso supondría un game over casi instantáneo.
Gunplay, movilidad y sensación de juego
Scavengers nos ha dejado muy buen sabor de boca en este sentido. El juego tiene un gunplay tremendamente satisfactorio que nos ha recordado a pasadas entregas de Ghost Recon o incluso al mismo Gears of War en lo que respecta al sistema de coberturas que debemos ir haciendo constantemente para avanzar de una zona a otra. No es tanto como un Fortnite, pero sí como el reciente Rogue Company, que es con el que probablemente comparte más rasgos en esa jugabilidad.
Los tiroteos son rápidos, frenéticos y sin demasiado descanso. Y es que combinar enfrentamientos PvE con PvP es lo que tiene. Imaginad por un segundo que en Destiny, de normal, pudieran aparecer otros escuadrones para liarse a palos con vosotros mientras estáis buscando loot en alguna raid, la cosa sería un completo desmadre y no habría tiempo casi para el descanso. Aunque Scavengers se cuida bastante de separar bien las zonas para que los usuarios no se aglomeren y tengan el suficiente espacio como para poder descansar de vez en cuando, si somos jugadores agresivos y vamos una y otra vez a por los objetivos para ganar la partida de paliza, no pararemos ni un segundo de disparar.