El fichaje de Rekkles por G2 Esports revolucionó el League of Legends durante este mercado de traspasos. Se trata de uno de los movimientos más ambiciosos de la historia del juego y como era de esperar no fue nada sencillo. Según comentó Ocelote en The Crack Down, el programa en el que participan Thorin e IWDominate, la operación tuvo que hacerse rápido, con mucha prudencia y barajando alternativas por si algo salía mal.
Desde el club samurái nadie podía ponerse en contacto con Rekkles con la intención de allanar el camino para el fichaje o condicionar su decisión de renovar con Fnatic. Según declaró el propio fundador del equipo, ese fue uno de los grandes problemas, ya que “necesitaba confirmación de que no había renovado”. De lo contrario, podría haber caído en el poaching, una práctica que consiste en contactar jugadores con contrato y por la que ya han sancionado a varios conjuntos.
Sin embargo, el fundador de G2 Esports sabía que en caso de que no hubiera renovado, tenía que contactar con él en cuanto se abriera el periodo de agencia libre y hacerle llegar la oferta. Una propuesta que, como sabemos, el jugador acabó aceptando. Esto, claro, no evitó que el club siguiera trabajando en un plan alternativo por si las cosas salían mal. Solo dependían de que Rekkles decidiera no firmar un nuevo contrato, y no podían apostarlo todo a la decisión unilateral del jugador antes de que le pudieran siquiera contactar.
En este momento es cuando entra en acción Upset. Curiosamente, el actual tirador de Fnatic podría haber pasado la próxima temporada competitiva de League of Legends compartiendo equipo con Caps en G2 esports. Sin embargo y según comenta Ocelote, lo mantuvieron al día de sus intenciones. Solo un capricho del destino y las dudas de Rekkles han hecho que acaben con los papeles intercambiados y, aunque ambos se medirán en la próxima LEC, los dos lo harán con una camiseta que bien podría haber vestido su rival.
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