Después de más de dos décadas desde el lanzamiento de CS:GO, hay una pregunta que se han hecho muchos miembros de la comunidad: “¿Por qué el juego se ven tan anticuado?”. Incluso poco después de su lanzamiento es evidente que ni la última versión ni todas las que le precedieron han sido referentes en lo que se engloba bajo el concepto de apartado gráfico. Es una duda legítima, pero bastante fácil de resolver.
Esta increíble creación de un fan, haciendo el juego mucho más realista y detallado con su recreación de algunos escenarios en otro motor gráfico (Unigine Engine) deja claro que el juego podría ser espectacular visualmente, pero también el motivo por el que no lo es. De hecho, Source está lejos de estar en su máximo en CS:GO y hasta Black Mesa, hecho por fans en el mismo motor, parece verse mejor. Aun así, si todavía no te has dado cuenta, te recomendamos que eches un vistazo a la fotografía que ilustra el artículo una vez más, pero por si es necesario os dejamos también la respuesta:
Counter-Strike es, desde su estreno original, un título principalmente orientado a la competición. No necesariamente entendida bajo el fenómeno de los esports, también en referencia a los clásicos piques en los cibercafés que teníamos hace años o a las actuales partidas competitivas que jugamos en el propio cliente del juego. Esta situación, aunque no lo parezca, hace que el juego siga unas normas totalmente diferentes al resto de la industria.
Todo lo que no aporta para mejorar los aspectos jugador contra jugador del título es dejado de lado, con permiso de las skins que permiten seguir monetizando el juego. Aunque un cambio pueda ser positivo a priori, debe ser descartado en el caso de que dificulte el aspecto más importante del juego: la jugabilidad en sí. Guste o no, parece haberse convertido en una seña de identidad de Valve y uno de los aspectos que mejor definen a CS:GO.
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