League of Legends es el esport más longevo si solo tenemos en cuenta aquellos en los que es la desarrolladora la que lleva el control de la competición. Han pasado diez años desde la primera temporada y siete desde que surgieron las grandes ligas estructuradas por Riot Games a lo largo de todo el mundo. Un proceso de constante evolución que ha ido cambiando de formato hasta asentarse en la liga franquiciada de diez equipos que ahora tenemos en Europa, Norteamérica y que pronto se implantará en Corea.
Suele decirse aquello de que un año en los deportes electrónicos equivale a mucho más en el mundo real. Lo cierto es que en un sector que se ha profesionalizado en los últimos tiempos es normal que haya modificaciones constantes. Hay muchos referentes en los que inspirarse y no debería ser vergonzoso buscar modelos mirándose al espejo de las grandes competiciones deportivas de todo el mundo.
Uno de los grandes retos a futuro que tendrán que asumir las competiciones de League of Legends es aumentar el número de plazas. Es un debate que ha ido surgiendo a lo largo de las últimas jornadas ante la multitud de grandes jugadores sin equipo. Sin embargo, la discusión ha tenido un problema de base: la pregunta no es si hay que aumentar el número de plazas de la LEC, si no cuándo debe de llevarse a cabo.
Si somos tan tajantes en resolver este primer punto es porque se trata de un debate de lo más estéril. League of Legends ha dado muestras de crecer a buen ritmo con el paso de los años y estamos llegando a un momento en el que el reemplazo de jugadores profesionales es casi total. Hay grandes talentos sin un gran equipo y grandes equipos sin su gran liga.
La solución es prácticamente una cuestión evolutiva e inapelable, simple matemática. El problema real es saber cuándo sería el mejor momento para llevar a cabo esta modificación del formato competitivo, si es posible a corto plazo y cuántos equipos debería de implementar la LEC para poder satisfacer la creciente demanda. En menor medida está el cómo, aunque vistas las cifras que puede alcanzar una plaza a la venta lo más probable es que Riot Games no acepte debate a ese respecto.
¿Por qué debería la LEC de empezar a aumentar plazas cuanto antes?
En primer lugar, vamos a hacer una exposición de los argumentos a favor de que la LEC se decante lo más rápido posible por aumentar sus plazas dejando claro un objetivo final a largo plazo: aglutinar a 18 equipos en la competición. Esto, por supuesto, no se haría de una sola tacada si no en pequeñas adiciones en un periodo determinado que bien podrían ser cinco o diez años. La cifra no es aleatoria y es la que exigen, por ejemplo, los clubs de fútbol de cara a una gran liga europea o los equipos con mejores resultados de la Premier League para conseguir la máxima cantidad de ingresos sin renunciar a la competición. Lo suyo, claro, sería empezar con 12 cuanto antes.
Reconexión con la pirámide
En casi todos los deportes hay una máxima: los resultados pueden llevarte a la gloria. Sin embargo, esto se rompió con el estreno de la LEC y las franquicias. Es comprensible que los equipos quisieran preservar su marca en la máxima competición, especialmente cuando los descensos podrían llegar a afectar al 30% de la tabla. Aun así, también resulta evidente que la división estamental y con barreras insuperables afecta negativamente a las ligas nacionales. Es decir, a todo lo que está por debajo de la cúspide.
Hasta el European Masters se siente como una competición de segunda. Da igual que cada año presente equipos que pudieran ganar a la zona baja de la LEC. No tiene un fin por el simple motivo de que no es la competición más importante y tampoco permite seguir escalando. Ampliar las plazas podría ser la oportunidad perfecta de cambiar el modelo por uno que conecte todo e integre de nuevo los ascensos y descensos. Para ello, claro, habría que empezar cuánto antes o de lo contrario se dilataría demasiado en el tiempo. Eso sí, manteniendo en primera instancia el cierre para preservar el crecimiento.
Más equipos, más talento
Las Ligas Regionales de cada país europeo aglutinan una cantidad desmedida de talento. Entre descartes y profesionales que no han dado el salto a la máxima competición podríamos formar un quinteto de ensueño que pelearía por colarse en los playoffs de la LEC. Como espectadores no podemos negar que esto es doloroso. Sin irnos más lejos estos son dos conjuntos que podríamos hacer con jugadores que no estarán, en principio, en la próxima edición.
Ah, y tras estos dos equipos todavía tenemos libre a Febiven, Dreams, Trick...
Cambios de formato
Fnatic y G2 Esports se han enfrentado en un total de siete ocasiones la pasada temporada. El número podría haber llegado hasta nueve de haberse dado alguna que otra casualidad en los playoffs y los Worlds. Incluso podrían haber sido once teniendo en cuenta posibles desempates que no ocurrieron. Un aumento de plazas acabaría haciendo que los partidos grandes fueran especiales y realmente estuviéramos toda la semana esperando a que tuvieran lugar.
Permitiría, además, la transición al modelo que se espera que Riot Games implante en Norteamérica con un formato a una sola vuelta y una copa clasificatoria al MSI. Se puede hacer con diez equipos, sí, pero es un formato que invita a que participen cuantos más mejor.
Algunos nuevos equipos han hecho un gran papel
G2 Esports, Rogue, Schalke 04 y Unicorns of Love son equipos ejemplares. Llegaron a la máxima competición europea cuando ya tenía rodaje. Unos lo hicieron más pronto y otros más tarde, pero en todos los casos han sido capaces de crear plantillas competitivas, seducir a los aficionados o crear narrativas interesantes. En menor medida debido a algunos errores de gestión o hazañas de menor enjundia, también podemos presumir de la buena actuación de Origen en sus inicios o de Vodafone Giants. Históricamente ha habido muy buenas incorporaciones a la LEC.
Aunque no os vamos a mentir, también las ha habido lamentables y no es casualidad que hayamos dejado este punto para el final antes de empezar con lo negativo.
¿Por qué debería la LEC quedarse con solo 10 equipos?
La alternativa de cara al futuro cercano es seguir como hasta ahora. No ha funcionado nada mal por lo que parece muy complicado reprochar algo a los defensores de esta postura. Diez equipos es una buena cantidad para una liga sin descenso. Sin embargo, ¿cuáles son exactamente las ventajas de no hacer cambios?
Rendimiento decreciente
Hay una máxima económica con aceptación casi universal: conforme más aumenta la cantidad de algo, menor es el valor que una unidad extra nos puede proporcionar si el resto de factores se mantiene constantes. Estamos hablando de la ley de rendimientos decrecientes y se puede aplicar perfectamente a la competición de League of Legends. Si incluimos doce clubs la próxima temporada, los ingresos por horas de retransmisión extra podrían no cubrir los nuevos gastos.
Es casi una paradoja. Podríamos llegar incluso a una situación en el que estos dos equipos hagan que, pese a aumentar el montante total a repartir, descienda lo que cada club genera de forma individual. Si Europa ya tiene problemas para competir con Norteamérica o China en lo referido a traspasos y salarios, esta situación agravaría todavía más el problema.
Ligas regionales tocadas
Supongamos que estamos en el caso "perfecto" de los aspectos positivos. Un plan a largo plazo que aumenta los equipos en la liga, reconecta la pirámide y acaba incluyendo los ascensos y descensos en un plazo de, pongamos, cinco años. ¿Qué pasaría con las ligas regionales a lo largo de ese periodo?
Es cierto que algunas competiciones extraordinariamente fuertes podrían superar sin demasiados traumas la pérdida de sus equipos estrellas. Si BIG o LDLC abandonan sus competiciones domésticas dejando a las academias lo más probable es que su ausencia ni se notase. Son ligas potentes en sí mismas y tienen capacidad para sobreponerse a la pérdida de uno de sus grandes equipos, pero… ¿y si fuera Vodafone Giants el que abandonara la Superliga Orange?
No todas las competiciones están preparadas para dejar salir a su marca estrella y las pérdidas inmediatas podrían, de nuevo, superar ampliamente los beneficios a largo plazo.
Equipos sin historia
Otro de los problemas es que la LEC podría plagarse de equipos sin historia. Si antes mencionamos conjuntos como G2 Esports, Schalke 04 o Unicorns of Love que por uno u otro motivo habían sido buenos miembros de la competición ahora no podemos olvidarnos de sus antagonistas. Hoy en día quizás os hayáis olvidado de Misterious Monkeys, MeetYourMakers o la última etapa de NiP. No aportaron nada a la competición y su presencia sirvió para bastante poco.
La ampliación de plazas podría traer este problema. Riot Games tendría que aceptar una propuesta, pero los equipos siempre pueden no cumplir su parte llegado un momento determinado.
Los cambios no siempre son buenos
Hacer cambios es un riesgo y una oportunidad. Corregir en positivo mientras todo funciona a la perfección es una virtud, pero desajusta algo demasiado y puede que el castillo de naipes acabe cediendo. Riot Games está entre la espada y la pared. Fue capaz de ampliar las plazas con éxito una vez y gracias a eso tuvimos a H2K y Vodafone Giants en la liga, pero repetir el movimiento en un contexto tan diferente podría tener consecuencias imprevistas y negativas.
Dice Kha’Zix que “los cambios son buenos” y lo cierto es que pueden serlo. Sin embargo, la tajante afirmación de nuestra cucaracha favorita de League of Legends no es tan segura en el mundo real.
Hay muchos más motivos para estar a favor en contra del aumento de plazas en la LEC. Sin embargo, estos son los que más nos pesan a nosotros de cara a tomar una decisión. Las opiniones son propias y ahora os toca a vosotros decidir y sugerir otros aspectos tan importantes de la posible ampliación.