Tras el lanzamiento oficial de Xbox Series X y de PlayStation 5 los pasados 10 y 19 de noviembre, respectivamente, se han hecho comunes las comparativas entre los juegos compartidos entre una y otra plataforma. Que si Assassin's Creed Valhalla y Watch Dogs Legion (entre otros) funcionan mejor en PS5, que si Call of Duty: Black Ops Cold War va más fino en Xbox Series X...
Sin embargo más allá de esta evidente guerra de consolas entre poseedores y fans de una y otra plataforma, conviene mirar un poco más allá para ver si sirve de algo esta constante batalla dialéctica entre los ejércitos de Sony y Microsoft. Sin embargo, no os estaríamos soltando ningún spoiler si avanzamos la conclusión a la que llegaremos en un puñado de líneas: los resultados y rendimiento de los juegos hoy no son representativos de la potencia y capacidades de las consolas de nueva generación. Por supuesto, vamos a tratar de desarrollar esto sin entrar en tecnicismos locos.
La batalla está en los juegos multiplataforma
Las comparativas que se han visto, evidentemente llega con los juegos que salen en ambas máquinas. Sin embargo, aquí hay un problema añadido, que la amplísima mayoría sale también en la generación anterior, con lo que el patrón que corta las posibilidades de las versiones de PS5 y Xbox Series X no son las de las propias máquinas, sino los mismos títulos pero en anterior generación. No hay dudas de que juegos como Assassin's Creed Valhalla o DiRT 5 se ven a la mil maravillas, pero también resulta evidente que se trata de juegos para Xbox One y PS4 adaptados para que aprovechen las posibilidades de las nuevas máquinas.
Es decir, no hay un desarrollo específico que aproveche de manera nativa los parabienes de Xbox Series X y PS5, y eso es una muy mala noticia. La gran mayoría de juegos disponibles son optimizaciones de una generación anterior, lo que complica la comparativa un tanto, al entrar muchos más elementos en la ecuación y además partir de una base inferior.
Aquí, si somos sinceros, parte de la culpa la tiene Microsoft, que ve la llegada de la nueva generación de consolas como un simple paso adelante, y no como un salto de fe en el que se demuestren cosas nuevas... Sony por su parte sí que se atreve a hacer cosas nuevas.
El potencial está en los juegos exclusivos
La comparativa entre títulos a medio camino entre la old gen y la generación actual es lo fácil, por inmediato. Pero hasta que no haya desarrollos específicos será difícil comprobar las diferencias reales entre una y otra máquina.
Esto lo ha hecho muy bien Sony, al ofrecer exclusivos de lanzamiento que sí aprovechan bien las posibilidades de su nueva consola, PS5. Es decir, no es lo mismo decir que Red Dead Redemption 2 pasa de tardar 2 minutos y pico a 38 segundos que demostrar que Spider-Man: Miles Morales tarda 7 segundos en colocarte en Nueva York desde que inicias el juego. Eso es una demostración de las posibilidades de nueva generación, de la misma forma que Astro's Playroom es capaz de maravillarte solo con el desempeño de Dualsense que aplica. Y si lo que se quiere es una demostración técnica, ahí está Demon's Souls, una auténtica pasada gráfica. Tres demostraciones de lo que es la nueva generación como ningún otro juego multiplataforma consigue demostrar.
El problema de los kit de desarrollo
Se está hablando que parte del posible problema y de las diferencias entre los juegos de la nueva generación se debe al estado de los kits de desarrollo distribuidos por Sony y Microsoft. De hecho, aunque finalmente ha sido desmentido por la propia Codemasters, las diferencias entre DiRT 5 en PS5 y Xbox Series (el juego es mejor en la consola de Sony) se decía que se debía al aprovechamiento de este kit de herramientas. Lo que sí que es cierto es que la desarrolladora británica arreglará estas diferencias entre versiones a través de parches, por lo que esto evidencia que al menos parte de los dislates entre los juegos multiplataforma de PS5 y su respectiva versión para Xbox Series se deben, al menos de momento a asuntos relacionados con el propio desarrollo de los juegos en sí.
Otras fuentes también afirman que los kits de desarrollo propios de Xbox Series X llegaron a las desarrolladoras después de los de PS5, con lo que los equipos de trabajo estarían ya más acostumbrados a PS5, habiendo iniciado las versiones de nueva generación en la consola de Sony. Por supuesto todo esto se basa en informaciones no oficiales, pero todos los indicios apuntan a que nos podemos fiar de ello.
En conclusión
Los juegos lanzados hasta ahora en la nueva generación no son representativos de lo que veremos en meses o años. Se trata de productos fruto de unas circunstancias excepcionales, con el COVID, que han dificultado también el trabajo de los equipos de desarrollo. Por tanto, es completamente normal que haya juegos en los que una versión funcione mejor que la otra, pero será a más largo plazo cuando veamos qué sistema se impone en términos técnicos, y si los teraflops importan más que la velocidad de PS5.
De hecho estamos deseando que empiecen a llegar más desarrollos específicos de las nuevas consolas, porque estamos seguros que PS5 y Xbox Series X pueden hacer más de lo que han hecho hasta ahora... Aunque Sony de momento va en cabeza con sus excelentes juegos exclusivos.