Call of Duty: Warzone todavía tiene mucho que decir. Apenas quedan dos semanas para que el juego sufra un cambio radical que nos lleve directos a la ambientación de la última entrega de la saga y, entre misterio y misterio, todavía hay a quien se le olvida que el título sigue teniendo muchísimo que ofrecer y que hay incentivos para conectarse todos los días y disfrutar de los últimos coletazos del battle royale.
Además, el hecho de que vayamos a pasar muy pronto a la ambientación de Black Ops Cold War no implica que hayamos aprendido a dominar todos los aspectos del juego. Si de algo puede presumir este CoD: Warzone es de contar con una cantidad de variables prácticamente infinita y permitir una jugabilidad emergente que, aunque es inherente al multijugador y más al battle royale, se lleva a otro nivel en este título.
Estos dos aspectos del juego quedan claros en la jugada que os traemos hoy, en la que vemos a un jugador dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano por conseguir el contrato de “bounty” y saca su espíritu cazador para acabar con los enemigos que huyen despavoridos en un helicóptero. Un ataque aéreo fijado con un simple puntero laser y un buen ejercicio de cálculo es suficiente para llevarse el dinero y acabar con los enemigos en plena escapada.
La función de las rachas de bajas en Warzone no es acabar con los enemigos. Desde un punto de vista táctico están incluidas para conseguir el control de una zona y obtener una ventaja posicional al hacer huir al enemigo. Ese es el uso que normalmente les damos y es bastante práctico. Sin embargo, quizás lo hayamos estado haciendo mal todo este tiempo y tengamos que sacar el instinto más depredador para poder dominar Verdansk estos últimos veinte días antes del esperadísimo cambio. Desde luego, no dejamos de encontrar motivos para seguir jugando.