League of Legends es un juego donde los pequeños detalles importan. Desde que empieza la partida y se abren las barreras que nos bloquean en nuestra propia base hasta que se cae el nexo no debemos bajar la guardia. Si lo hacemos, podemos llevarnos un disgusto en forma de partida perdida por algún que otro motivo absurdo. Entre tanta rutina, es fácil pasarlo por alto, y este es quizás el error más común de todo el juego.
Probablemente tú, como nosotros, también hayas caído en la trampa de no hacer nada. Es especialmente tentador en los últimos minutos de partida. El proceso es el de siempre: caminamos a la torre aprovechando para responder unos mensajes en el móvil, acabar de mirar Instagram, o hasta acabar esa partida de algún juego que iniciamos durante la búsqueda de partida para pasar los minutos de espera.
Normalmente no hay muchos problemas salvo que el equipo se meta en líos. Pulsamos en la torre más cercana del lugar al que iremos después y ahí nos quedamos hasta que lleguen los súbditos o aparezcan los campamentos de la jungla. El problema con esto es que si un rival lo detecta, tiene los medios adecuados y es inteligente encontrará la forma de castigar nuestra osadía de perder el tiempo.
Se lo pueden preguntar al Karthus que protagoniza esta jugada, que deja bien clarito que no se anda con chiquitas y masacra al Pyke enemigo debajo de la torre. Gracias a su pasiva, que le permite golpear una vez acaban con él, no debe tener miedo mientras no reciba daño del rival. Algo que junto al despiste cuando el enemigo se da cuenta es suficiente para cerrar la primera sangre.
Es probablemente la mejor “Primera Sangre” que hemos visto nunca en League of Legends, y todo por culpa de un error de esos que cometemos todos y no queremos reconocer. Hay que reconocer que es mala suerte, pero también sirve como aviso. Más nos vale recordarlo si no queremos acabar protagonizando un momento del todo ridículo en nuestra próxima ranked.