Si no has terminado la campaña de Call of Duty: Black Ops Cold War, te recomendamos que no leas este artículo. Y si tienes pensado jugar también dentro de poco la de Modern Warfare 2, no sigas y vuelve cuando hayas completado ambas.
Puede que el multijugador de Call of Duty: Black Ops Cold War haya llegado a medio gas, pero su campaña, por lo menos para un servidor, es una de las mejores que recordamos ahora mismo. Treyarch y Raven Software han articulado una rara avis dentro de la franquicia. Una obra en la que prima más el sigilo, la interacción con personajes y las decisiones que tomamos como protagonistas que los tiroteos sin sentido y el disparar por disparar (aunque no nos vamos a engañar, también hay momentos así porque sino no podría ser un Call of Duty per sé).
En el tramo final de Black Ops Cold War, debemos infiltrarnos en la sede de la KGB para reunir toda la información que nos falta sobre Perseus para tratar de detenerlo de una vez por todas. Sin entrar en detalles sobre el desarrollo de la misión o el motivo por el que se nos posiciona ahí, Treyarch y Raven Software se atreven a hacer un guiño a una de las misiones más controvertidas de la historiad de los videojuegos. Sí, no solo de Call of Duty, sino de la historia del medio. Efectivamente, si eres un veterano de la saga, sabrás que hablamos de "Nada de ruso", de Modern Warfare 2.
Dado que Beenox lanzó recientemente su versión remasterizada de la campaña de Modern Warfare 2, el debate sobre el impacto que supuso esta misión en su momento volvió a salir a la palestra. Aquellos que afirmaban que, a día de hoy, sería imposible ver una misión así en cualquier videojuego porque la comunidad ardería y saldrían "ofendidos" hasta de debajo de las piedras, tuvieron que comerse sus palabras. En "Nada de ruso", para que os hagáis una idea, se nos pone en la piel del villano y nuestro objetivo es masacrar a decenas y decenas de civiles en un aeropuerto, totalmente a sangre fría, para sembrar el caos y mandar un mensaje a los Estados Unidos.
¿Espeluznante, verdad? Infinity Ward supo cómo dar en el clavo para concienciar, en cierto modo, a los jugadores de que la diversión de pegar tiros a diestro a siniestro en un videojuego puede variar de increíble manera si se le cambia la perspectiva. Ahora, con Black Ops Cold War, Treyarch y Raven Software han vuelto a representar aquella misión, solo que desde el punto de vista de los americanos para, en parte, poder poner las dos misiones una enfrente de la otra y volver a confirmar que, claramente, la perspectiva lo es todo.
En "Medidas desesperadas" nos armamos hasta los dientes en un ascensor, con blindaje como si fuéramos un Juggernaut, RPD en mano y hasta con C4, y nuestra misión es escapar del KGB masacrando sin piedad a soldados rusos con toda nuestra artillería. El impacto aquí, por descontado, es mucho menor que en "Nada de ruso", dado que lo que matamos son soldados enemigos y no civiles inocentes. Eso, para cualquier jugador, supone algo normal y no le hace cuestionarse absolutamente nada. Ni pone en duda su moral. Y Treyarch y Raven han querido grabar eso a fuego en su obra.
Mientras en Modern Warfare 2 nos temblaban las manos cada vez que disparábamos a un civil arrastrándose por el suelo siguiendo las órdenes de Makarov, en Black Ops Cold War estamos ansiosos para que se abran las puertas del ascensor y llenar de plomo a todo ruso con el que nos topemos. Sin piedad, sin miramientos y sin dudar ni un solo instante.
Dejando a un lado, ahora, lo que puedan llegar a transmitir ambas misiones, "Medidas desesperadas" es el enlace perfecto para conectar toda la historia de Black Ops con la de Modern Warfare, puesto que este gesto de los americanos sería en lo que se basaría Makarov años más tarde para realizar ese asalto al aeropuerto armado hasta los topes en gesto de venganza. Zakhaev, además, sería un gancho para hilar las dos historias y hacer que esta masacre a los rusos no quedase impune de ninguna manera.
La campaña de Call of Duty: Black Ops Cold War podrá tener sus más y sus menos, no lo negamos, pero con gestos como este se demuestra que el amor que se tiene por la saga, por cuidar hasta el más mínimo detalle e hilarlo todo de la mejor forma posible, y poner al jugador en constante jaque para ver cómo reacciona moralmente, hacen que siempre sea (o casi siempre) un placer terminar sus historias y no solo dedicarle horas al multijugador.
Parece que tanto Xbox Series como PS5 han llegado con algunos fallos bajo el brazo que están causando verdadero terror entre la comunidad de usuarios que ha adquirido, o va a hacerlo, una consola de nueva generación.
