La nueva generación está a la vuelta de la esquina y los juegos multiplataforma van a ser los más decisivos en los primeros compases. Call of Duty: Black Ops Cold War va a ser uno de los grandes alicientes a la hora de elegir entre PS5 y Xbox Series X. La situación no va a estar nada sencilla, pero hay un detalle que ha pasado bastante por alto y que deberíamos tener en cuenta de cara a pensar en qué plataforma vamos a querer jugar el título.
Lejos de hablar de exclusividades temporales, potencia bruta y demás políticas de preferencia para unos u otros sistemas, la clave está en el mando de la nueva PlayStation 5. Es difícil para los que no hemos tenido un DualSense en las manos hacernos a la idea de como este periférico puede mejorar la experiencia para los jugadores, pero lo cierto es que el sistema de gatillos adaptables está causando verdadera sensación.
Lo que consigue esta funcionalidad es que cada arma se sienta única, de forma que disparar con un fusil de asalto, subfusil o rifle francotirador requiera aplicar una fuerza diferente sobre los gatillos. PS5 todavía no está disponible en España y tendremos que esperar hasta el próximo 19 de noviembre, pero en zonas donde ya se ha podido comprar está causando verdadera sensación en Call of Duty: Black Ops Cold War.
El metraje es bastante autoexplicativo. La potencia de las consolas y la ambición por los 120 cuadros por segundo pueden ser relevantes para quien disponga de un equipo que le habilite a ello. Sin embargo, no todos tenemos un monitor capaz de llegar a unas tasas de refresco tales y hay otras formas de conseguir una mayor profundidad y, sobre todo, sensación de inmersión.
No se trata de un intento de menoscabar a Xbox Series X ni S. Ambas consolas tienen muchos otros argumentos para convencernos de ir a por ellas. Sin embargo, en lo que respecta a Call of Duty: Black Ops Cold War lo cierto es que tenemos muchas ganas de probar esta funcionalidad.