Los cambios completos a los objetos de League of Legends han revitalizado el juego. Como era de esperar, hay unos cuantos problemas en cuanto a los ajustes de equilibrio entre campeones y de los propios sistemas. También algunas situaciones desagradables que nos han traído los bugs del juego. Sin embargo, el verdadero problema a largo plazo de los nuevos ítems es que su diseño tiene un error fundamental.
Se trata, a grandes rasgos, de la paleta de colores. Desde que se lanzaron en el servidor en vivo han sido muchos los diseñadores que han aparecido en la comunidad diciendo que el trabajo estaba mal hecho y dando motivos, desde su punto de vista profesional, sobre los porqués. El más evidente es que es prácticamente imposible diferenciarlos a simple vista y hay varias categorías de objetos que parecen idénticos.
Hay una opinión general: por separado todos están bien trabajados, pero falta un pensamiento en conjunto. Hay una gran cantidad de objetos con formas muy similares y que además utilizan los mismos tonos. Algo de lo que se quejaron en primer lugar los jugadores daltónicos, pero que también afecta a las personas sin alteraciones en la visión.
El problema, según declaró uno de estos usuarios más comprometidos con el cambio de diseño de los objetos, es una tendencia general en las grandes empresas. Un error de diseño difícil de resolver pero que queda claro con una frase muy simple: darle más prioridad a la estética o a la imagen de marca que a la facilidad de uso.
El diseño debe cumplir una máxima: ser lo más atractivo visualmente que pueda sin sacrificar la "usabilidad". Esto es especialmente importante en cuanto a los colores y se podría resolver, prácticamente, con un fondo negro. Es inexplicable que desde Riot Games hayan introducido este cambio en League of Legends cuando, además, no se trata de un producto determinante si no de un mero trámite que queremos ver cuanto menos tiempo mejor. Comprar rápido es una virtud, y ya hay jugadas que lo demuestran.
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