Wild Rift es uno de los juegos más esperados de este 2020. La versión para móviles de League of Legends está en su fase de beta abierta solo el Sureste Asiático, Corea y Japón. Sin embargo, son muchos los jugadores de todo el mundo que tienen ganas de probar el título y los servidores se han visto desbordados ante la cantidad de registros gracias al uso de servicios VPN que permiten acceder a internet como si estuviéramos en las zonas del globo en las que la beta si está disponible.
Esta situación ya tuvo un efecto muy negativo en el servidor de Japón, al que una inmensa cantidad de jugadores chinos trataron de entrar. El resultado fue la saturación completa de los servidores y una reducción drástica de la calidad de las partidas. El hype por el juego fue capaz incluso de catapultar cinco aplicaciones de VPN a la lista de las 20 más descargadas en el gigante asiático.
Riot Games ha querido proteger a la beta y ha tomado medidas drásticas para no tener que enfrentar esta situación. Con este objetivo en mente han dejado sin acceso a varios servicios VPN e incluso se plantean hacer más larga la lista en caso de que sea necesario llevar a cabo más restricciones. Una situación que desagrada a la compañía “que no quiere dejar a nadie fuera”, pero que es “imprescindible para proteger la experiencia de juego”.
Desde luego, la desarrolladora debe de enfrentar sentimientos encontrados. Aunque todos esperábamos un éxito con Wild Rift, el hype acumulado a lo largo del último año es mayúsculo y asegura un triunfo todavía mayor para Riot Games. Sin embargo, deben de contener las ganas que tienen de celebrar el lanzamiento global y vetar a algunos jugadores para que todo pueda salir bien. Una cosa está clara, de tener un problema en el lanzamiento de un nuevo juego, este es uno de los mejores.