Microsoft tiene una estrategia clara en esta nueva generación de videoconsolas y es la de apelar a todo tipo de públicos. Por un lado Series X será la consola más potente de este nuevo ciclo, mientras permiten la entrada de jugadores más casuales mediante Series S o el juego en la nube en Android mediante Xbox Game Pass. Esta es la filosofía de Phil Spencer y su división de videojuegos.
Sin embargo, se suele decir que el que mucho abarca, poco aprieta. Según las primeras informaciones de quienes ya disponen de una Xbox Series S a su disposición, la consola podría tener un problema de almacenamiento en el futuro. Ya sabíamos que su disco duro SSD no iba a ser tan amplio como el de su hermana mayor, o siquiera el de PlayStation 5, pero es que aún será menos de los 512 Gigas anunciados en las especificaciones.
En este post de Reddit, publicado por un usuario que ya tiene una consola en su poder, afirma que el almacenamiento total para aplicaciones y juegos de Series S está en 364 Gigas. Esto significa que un total de 148 Gigas estarían reservados para asuntos como el sistema operativo de la consola o para archivos clave para el funcionamiento de la consola.
Aunque varios expertos han confirmado que el uso de SSDs hará que los archivos de juegos puedan optimizarse más, ya que los discos duros convencionales obligaban a copiar en varias ocasiones cierto contenido repetido a lo largo del juego, lo cierto es que la pelota está en el tejado de los desarrolladores. Eso sí, siempre habrá la opción de ampliar su capacidad con las caras tarjetas de almacenamiento extra.
El próximo 10 de noviembre saldrán a la venta las dos nuevas consolas de Microsoft: La potente Xbox Series X y la pequeña y asequible Xbox Series S.