Corren malos tiempos en T1. El equipo de Faker se ha convertido en un verdadero polvorín y los aficionados están empezando a pedir la renuncia de la directiva y, especialmente, del CEO del equipo. Joe Marsh, que es el rostro visible y máximo responsable de la gestión y el crecimiento de la nueva marca global que ha venido a suceder al ya extinto SK Telecom, está empezando a ganarse mensajes de los aficionados debido a sus decisiones desde que asumió el cargo. Los hinchas están dejándole muy claro que si siguen respaldando al club no es gracias a él.
Aunque es correcto señalar como detonante la filtración del posible fichaje de LS y el resto del cuerpo técnico, lo cierto es que la situación lleva a punto de desbordar desde hace mucho tiempo. Los malos resultados del equipo en la temporada de verano se han convertido en un caldo de cultivo para las críticas de los aficionados, pero la situación no tiene tanto que ver con la mala temporada como con las causas a las que los aficionados achacan la situación.
Desde que SK Telecom se convirtió en T1 hemos asistido a una McDonaldización del club. La visión coreana de “el resultado por encima de todo” ha dado paso a una gestión al estilo norteamericano. La expansión del equipo a otros juegos donde cosecha escaso éxito y, sobre todo, las mayores exigencias en cuanto a compromisos publicitarios al quinteto de League of Legends para explotar la figura de Faker se han convertido en una tendencia tan habitual como preocupante.
El problema, para muchos aficionados, es que no es tolerable que Faker asuma los que presumiblemente son sus últimos años de carrera en una situación subóptima. Aunque está lejos de su mejor estado de forma, los hinchas creen que hay nivel suficiente como para levantar la cuarta Copa de Invocador, algo que es completamente inviable si cada año siguen aumentando de forma constante el número de apariciones publicitarias y de difusión de marca del mid laner coreano.
Las salidas de Khan y Clid al final de la pasada campaña también estarían relacionadas con la gestión de los nuevos propietarios del club. Algo que también habría forzado a Kim, el técnico del equipo hasta esta temporada, a tomar la decisión de alejarse del banquillo del club coreana al no estar de acuerdo en la nueva forma de funcionar del club.
En última instancia y aunque LS es una figura de referencia en Corea para los aficionados occidentales, el entrenador no cuenta con una experiencia relevante. Pese a tener conocimientos más que contrastados sobre el juego, su estancia más larga en un club ha sido en Tempo Storm donde entrenó durante apenas seis meses y no consiguió el ascenso a la LCS NA pese a contar con un quinteto que partía con opciones. En Corea del Sur, además, ha estado involucrado en diferentes polémicas tras su paso por BBQ Olivers.
Tampoco ayuda que la otra figura que conocemos del cuerpo técnico sea Polt. Por mucho que el técnico haya sido uno de los Terran más destacados y carismáticos de StarCraft 2, no cuenta con ninguna experiencia. Una apuesta arriesgada que podría salir bien, pero que junto al resto de circunstancias los fans no quieren tolerar.
La suma de todas estas circunstancias ha convertido T1 en un verdadero polvorín. El equipo ya tuvo que asumir críticas durísimas durante la temporada. Sin embargo, esta vez se están siendo mucho más certeras y respetuosas, identificando la más que probable raíz del problema.