Una de las capacidades clave a la hora de que unos homínidos procedentes de África acabasen convirtiéndose en los Homo Sapiens es la lectura e interpretación de patrones. Estos seres vieron que la Luna tenía diferentes fases y que eso afectaba a cosas como el nivel del mar, que la temperatura cambiaba a lo largo de los días y que había épocas mejores para plantar ciertas verduras. Esto permitía planificar y dar con técnicas que no morían con una generación, si no que seguían existiendo tras su adiós.
Sin embargo, la obsesión por los patrones puede ser dañina en el día de hoy. Más que nada porque la realidad actual tiene muchísimas más aristas que los ciclos lunares y puede no haber correlación entre dos hechos, o incluso la conclusión a la que se llegue puede proceder de una idea poco acertada. Los clichés no dejan de ser una forma de interpretación de patrones para llegar a una conclusión, en este caso en el área de la cultura de los pueblos. Todos los conocemos: los gallegos hablan con preguntas, los madrileños son unos chulos y los vascos fuertes y sin conocimiento del peligro...
En un mundo tan globalizado, lo cierto es que cada persona puede relacionarse con gente de muchos lugares distintos y su personalidad no tiene porqué ser resultado de lo que tiene alrededor. Además de esto, los clichés han derivado hacia poco menos que chistes regionalistas que hieren los sentimientos de a quienes atañen. Sí, incluso en la escena competitiva de League of Legends.
Los coreanos nunca fueron robots
Aunque el germen de la idea que lleva a considerar a los jugadores surcoreanos de League of Legends como robots provenga de los Worlds de 2014, donde Samsung White inauguró el estilo de juego basado en penalizar los errores rivales y obtener toda la información posible de los guardianes de visión, el verdadero estallido se produjo durante las ediciones de 2016 y 2017, cuando Ibai Llanos realizó tanto la memorable narración de aquí arriba en un EDG vs SKT que los de Faker remontaron de una forma espectacular, como en 2016 con la recordadísima ultimate de Kennen a G2 Esports.
Las leyes de la robótica fueron descritas por el prolífico escritor Isaac Asimov dentro de varias de sus novelas de éxito. La primera de ellas dice que "Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño."; pues bien, lo que hizo DAMWON este pasado fin de semana con G2 Esports fue un asesinato en toda regla. Tras acumular odio durante todo un año, concretamente desde la eliminación de los surcoreanos por parte de los europeos en los cuartos de Worlds 2019, lo liberaron en forma de "chapitas" y de la imitación de una celebración realizada por G2 en la ronda anterior.
Ya había habido casos anteriores de jugadores procedentes de Corea del Sur que se saltan ese estereotipo, como Faker y sus lágrimas en las finales de 2017 contra Samsung, pero esto ya no va de una emoción desmedida tras una vivencia reveladora, si no de que pueden ser más "latinos" que el equipo europeo con la sangre más caliente. DAMWON ha demostrado que puede igualar la socarronería de G2 Esports, entrando al trapo de sus provocaciones, e incluso superarles.
Karsa y SwordArt, la amistad por encima del juego
Riot Games ya puso tras la pista de la narrativa clave a los despistados que acudían a la segunda semifinal de los Worlds sin conocerla en el vídeo de hype. En él, vimos a dos históricos del League of Legends de Taiwán como Karsa y SwordArt, compañeros durante mucho tiempo en Flash Wolves. Cada uno representaba ahora a uno de los dos equipos chinos que se vieron las caras en semifinales como fueron TOP Esports y Suning.
En el vídeo, Karsa comentaba que ambos tenían la ilusión de ganar Worlds durante su etapa en Flash Wolves, pero que tristemente no pudo ser. Sin embargo, ambos dijeron en dicha pieza que tenían la esperanza de que al menos el que ganase esa semifinal pudiera cumplir el deseo del otro y levantar la Copa del Invocador en la final.
Tras el 3-1 final favorable a Suning, se produjo el saludo entre Karsa y SwordArt. El jungla de TOP Esports vivió todo un sandwich de emociones: del lloro inicial a la sonrisa previa al abrazo con su amigo, para finalmente terminar volviendo a las lágrimas en un rincón. Una montaña rusa de sensaciones que echa por tierra esos estereotipos sobre los asiáticos que hablan de cómo guardan para sus adentros sus pensamientos y emociones.
En una entrevista posterior a la serie para los medios chinos SwordArt dijo lo siguiente: "Este año ganaré los Worlds para ti (Karsa) y el año que viene lo harás tú". Como decimos, hay ejemplos más que de sobra de que los asiáticos tienen sentimientos, como el derrumbe de Tarzán tras el descenso de Griffin en la LCK, pero es tarea de todos abandonar estos clichés cuando se convierten en un axioma que recitamos como papagallos, y más cuando pueden llegar a ser hirientes.
Fotos de LoL Esports.