El Acto 3 de VALORANT llegará con un nuevo mapa: Icebox. Esta nueva caja de hielo no nos coge por sorpresa y ha sido una de las novedades más esperadas de cara al nuevo ciclo que el shooter táctico de Riot Games está a punto de comenzar. Era una verdadera necesidad y, en primera instancia, parecía un lanzamiento más fruto de la urgencia que otra cosa. Sin embargo, apenas ha bastado un primer vistazo y algo más de un minuto y medio para hacernos cambiar de opinión.
Para ser justos y que partáis de la misma base que nosotros, así es una partida en Icebox:
Es relativamente sencillo resumir este minuto y medio de juego en una palabra: riesgo. La verticalidad no es muy agradecida en los shooter tácticos y puede resultar verdaderamente frustrante para los jugadores, que ven cómo quedan desposicionados al tener que decidir qué ángulos deben revisar y cuáles sacrificar en lo que es un riesgo evidente.
Sin embargo, lo que en cualquier otro shooter táctico podría ser un quebradero de cabeza, en este Icebox de VALORANT apunta a ser una bendición. El FPS de Riot Games cuenta con una variable que no tienen el resto de juegos del género: la explosividad. Pese a que el ritmo pausado es el que marca el tempo con el que se juega, con el agente adecuado se le puede meter una marcha más para realizar un movimiento sorprendente. Raze y Jett son los ejemplos perfectos en este apartado y prometen pasarlo ridículamente bien aprovechando todas las variables.
Hasta ahora, Riot introdujo una mecánica única por mapa. Sin embargo, a excepción de la triple bomba de Haven, ninguna de ellas era verdaderamente importante a la hora de plantear la forma de jugar. Quizás tienen más relevancia en Ascent, pero las puertas se sienten toscas e innecesariamente frustrantes. En Icebox, aunque las tirolinas vayan a llevarse buena parte de la atención, lo verdaderamente único será la sucesión de plataformas discontinuas y cómo algunos personajes van a relacionarse con el entorno en un mapa con tres alturas.
Salvatore “Volcano” Garozzo, jefe de diseño de niveles del juego, sabe mucho de lo que es crear un escenario “por defecto”. El nombre es engañoso y lo cierto es que no le hace mucho honor. La terminología hace referencia, más bien, a la relevancia de los duelos con arma sobre la técnica o la táctica. Si sois jugadores de Counter-Strike, os sonará el mapa de Cache. Es, probablemente, el escenario de este tipo por excelencia y hasta ahora la Magnus Opus del bueno de Volcano.
En VALORANT ya hemos tenido la oportunidad de jugar un escenario de este tipo en Ascent. No es casualidad que guarde una estructura tremendamente similar a ese Cache que tantos buenos momentos dio a los jugadores de Global Offensive. Sin embargo, parece que más allá de la adaptación aquí tenemos un sucesor espiritual que promete competir con la mejor creación histórica del jefe de niveles que ahora trabaja para Riot Games.
Al escenario cerrado que hemos tenido oportunidad de ver se une una larga zona abierta nevada que todavía no sabemos a dónde nos permitirá acceder y que promete duelos a larga distancia para los jugadores de Operator que no quieran meterse en el caos del escenario de bombas sin la garantía que ofrece la superioridad numérica.
No queremos juzgar Icebox de forma tajante antes de comenzar a jugarlo, pero todo parece indicar que habrá un poco de todo y para todos. Lo que hemos visto hasta ahora nos hace pensar en el primer mapa verdaderamente pensado con todos los agentes en mente. Con unas torretas de Killjoy que detecten a la Raze o la Jett de turno que quieran colarse, una zona abierta para lanzar el destello de Phoenix y asomar con rifle o una meticulosa preparación defensiva en la que Cypher pueda tener mucho que decir.
Habrá que ver si el paso de las próximas semanas nos da la razón o deja esta construcción teórica sobre el mapa a la altura del betún. Nos va a costar aguantar hasta entonces...