El paso de Rocket League a un modelo free to play parece haber sido el impulso que necesitaba el juego. Epic Games ya anunció cuáles eran sus intenciones tras adquirir Psyonix, pero todavía no había concretado sus palabras con hechos hasta el pasado 23 de septiembre, cuando el juego cambió su forma de monetización y se convirtió en gratuito y accesible para todos.
Apenas un día más tarde del lanzamiento en formato de descarga y juego gratuito, el título está multiplicando por cuatro los jugadores habituales. Si normalmente se movía en torno a cifras próximas a los 230 o 240 mil simultáneos, a la hora de redacción de esta pieza ha alcanzado un pico de más de un millón de jugadores conectados a la vez al juego.
Curiosamente, el aumento de popularidad no ha afectado a los nuevos jugadores que prueban el título. En Steam, donde la adquisición de Rocket League está ahora deshabilitada por la exclusividad de Epic Games, hay un pico histórico de 121.954 jugadores simultáneos que solo puede explicarse por la vuelta al título de los jugadores algo más veteranos.
La nueva propietaria de Rocket League ha dado en el clavo con las necesidades del juego. Aunque no entró bien con un cambio más que desafortunado a los menús, el hecho de invertir una tendencia de caída constante a lo largo de los últimos meses es más que positivo para la salud del título.
Es de esperar que el próximo evento Llama-rama haga que los jugadores permanezcan al menos unos días más en el juego. Las recompensas cruzadas entre Rocket League y Fortnite son un incentivo para tratar de atraer a los jugadores y, aunque la barrera de entrada a Rocket League es algo elevada, todos los jugadores que sean capaces de retener son bienvenidos.