Xbox Series X costará 499€ y ofrecerá 12 teraflops de poder de procesador para goce y deleite de los fans de los videojuegos. Esta máquina será la consola más potente jamás lanzada y buscará permitir que juguemos a resoluciones de 4K con una tasa de imágenes por segundo altísima... Y detalles a tutiplen.
Xbox Series S costará 299€ y será menos potente, a priori, que Xbox One X, pero irá bien armada para ofrecer juegos de nueva generación, eso sí, solo en formato digital y con un disco duro SSD de menor tamaño.
Por tanto, las dos nuevas máquinas de Microsoft, que estarán a la venta el próximo 10 de noviembre (y podrás reservarlas a partir del 22 de septiembre), tratan de ofrecer respuestas para un espectro más amplio de jugadores, sin dejarse a casi nadie por el camino. De un lado los que buscan potencia, de otro los que solo buscan jugar, sin preocuparse demasiado pero, ¿qué ofrece Xbox Series X que Xbox Series S no tiene?
Diferencia 1: Xbox Series S es más pequeña
Podéis ver en la comparativa superior que Xbox Series es es sensiblemente más pequeña que Xbox Series X, con un aspecto similar al de la Xbox One All Digital, pero siendo incluso más reducida. En general, es un 60% más pequeña, y parece además que Xbox Series S está diseñada para estar tumbada, aunque podrá usarse de pie.
Microsoft afirma que Xbox Series S es la Xbox más pequeña que jamás han realizado... Y además su diseño inspirado en la obra de Dieter Rams, está siendo de lo más comentado.
Diferencia 2: Menor potencia gráfica en Xbox Series S
Xbox Series S ha sido diseñada para funcionar a resoluciones de hasta 1440p y 60 imágenes por segundo, con un máximo de 120 imágenes por segundo. Xbox Series X está preparada para resoluciones y tasas de imágenes por segundo superiores, siendo esta la principal diferencia entre ambas máquinas, ya que los juegos prometen que estarán optimizados para Xbox Series S y Xbox Series X.
Microsoft afirma que el procesador de Xbox Series S es 4 veces más rápido que el de Xbox One y su GPU 3 veces más rápida, lo que asegura un rendimiento fuera de toda duda ante los juegos más exigentes en términos gráficos, sin problemas de rendimiento o reducción de detalles más allá de la resolución y el framerate.
Xbox Series S tiene el mismo procesador que Series X, con 8 núcleos, el Zen 2 que funciona a 3.6 gigahertzios y 3.4 gigahertzios.
La GPU es la diferencia en este caso, que es menos potente, aunque podrá reescalar a 4K los juegos si estás jugando en un dispositivo que permita visualizar juegos con resolución 4k.
Sin embargo, sigue permitiendo Ray Tracing y otras tantas virguerías gráficas anunciadas para Xbox Series X.
También ofrece una menor memoria RAM, con 10GB en Series S, frente a los 16 GB en Xbox Series X.
Mismas características y posibilidades
Xbox Series S también está dotada de la Xbox Velocity Arquitecture, que permitirá unos tiempos de carga reducidos, mejor frame rate y el Quick Resume que nos permitirá volver a nuestros juegos justo en el punto que los dejamos.
Además incorpora una nueva tecnología de carga de texturas solo disponible en la nueva generación, que permite cargar SOLO las texturas que se muestran, liberando carga del procesador gráfico.
Por supuesto, Xbox Series S seguirá siendo retrocompatible con anteriores generaciones de Xbox, pudiendo conectar discos duros con los juegos de One y reproducirlos en Series S.