Rocket League llegó al mercado sin que hubiera muchas esperanzas sobre él. El título es prácticamente una secuela no oficial de Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars, un juego de similares características también desarrollado por Psyonix que llegó a PS3 sin cosechar demasiado éxito y que está lejos de la perfección intrínseca de su sucesor.
Aun así, el juego logró asentarse. Han pasado 5 años y el título sigue siendo uno de los referentes del mercado. Estaba más que asentado en el top 10 de SteamCharts, que registra el número de jugadores simultáneos de los títulos en la plataforma de Valve, hasta su transición a la Epic Games Store. Además, sumando sus ventas en las diferentes tiendas y sistemas en los que está disponible (PS4, Xbox One, Nintendo Switch y la Epic Games Store) cuenta con un montante total que asciende a más de 50 millones de unidades vendidas.
Teniendo en cuenta las microtransacciones y otras formas de monetización, el juego ha conseguido acaparar unos ingresos que envidiarían buena parte de los títulos del mercado
También hay que tener en cuenta que la escena de esports del título de Psyonix debería de seguir creciendo. Aunque ha titubeado en los últimos tiempos, su asociación con Epic Games y los nuevos cambios para la próxima temporada de RLCS son prometedores y ya han llamado la atención de varios clubs de fútbol.
Esta supervivencia en el mercado no se ha conseguido a golpe de realizar cambios en la jugabilidad, prácticamente intacta desde sus inicios. Se trata, más bien, de una fórmula perfecta en su campo que no necesita grandes alardes para seguir resultando atractiva para los jugadores ¿Conseguirá llegar a la década en el mismo estado de forma?