La llegada de una nueva temporada y sus muchas novedades a menudo conducen a problemas inesperados. Este es el caso de esta nueva temporada 3 del Capítulo 2 de Fortnite, cuyos nuevos elementos parecen haber perturbado el equilibrio, ya de por sí frágil, de los servidores. Si la mayoría de los jugadores no se quejan, es porque en parte lo ven como algo normal. El problema surge durante torneos o partidas personalizadas entre profesionales. Eso provoca, además de mucho lag, caídas constantes en los FPS de los clientes, y eso puede provocar que caiga alguna que otra muerte que no debería haberse llevado a cabo.
El problema es que la mayoría de los jugadores que se quejan de eso tienen un PC ya preparado para la competición. En otras palabras, no hay nada que puedan hacer al respecto. Por lo tanto, las bajadas de FPS se deben a un problema de optimización de la temporada y depende de Fortnite descubrir la fuente del problema para detenerlo lo más rápido posible.
Epic Games debería poner prioridad sobre este asunto, puesto que las caídas de FPS y los problemas de conexión en ámbitos competitivos pueden ser muy perjudiciales para los jugadores profesionales e incluso los clubs que compiten en Fortnite.