Griffin llegó a la LCK en verano de 2018. En un abrir y cerrar de ojos fue capaz de convertirse en el equipo de moda gracias a su particular planteamiento de partidas y al talento individual de algunos de sus jugadores. Sword, Tarzan, Chovy, Viper y Lehends fueron los cinco miembros del quinteto que se asentaron en la competición y consiguieron infundir respeto entre sus contrincantes.
Hubo sorpresa en la primera temporada, en la que ya fueron capaces de llegar a la final de los playoffs y se quedaron a las puertas de levantar el trofeo. También se quedaron fuera del mundial, pues les pasó factura no haber disputado la temporada de primavera de ese 2018. Pese a eso, la historia de Griffin solo acaba de empezar y en las ediciones de 2019 estuvieron presentes sendas finales, aunque sin ser capaces de levantar el trofeo.
Sobre ellos siempre colgó el sambenito de no funcionar bien en los mejores de cinco. Algo que se confirmó con un mundial más bien discreto al que el equipo llegó en plena crisis institucional con la salida forzada de cvMax, un entrenador que protagonizó el escándalo y fue acusado de maltratar física y verbalmente a los jugadores.
Tras las acusaciones y los Worlds llegó un mercado de fichajes en el que Chovy y Lehends marcharon del club. Las carencias de Viper y sobre todo las de Sword se magnificaron en el proceso. Pese a que el equipo acometió unos fichajes que prometían una salvación relativamente tranquila no fueron capaces de cumplir. Tampoco la llegada de Wadid a última hora fue suficiente para reflotar un barco que se hundía.
En la promoción de ascenso y descenso Griffin perdió las dos series que jugó. Enfrentó a Seorabeol y SANDBOX, mostrándose inferior a sus rivales y perdiendo su posición de privilegio en la LCK por la vía rápida. No podrán volverlo a intentar. Las fases de ascenso y descenso se han terminado en Corea, que encarará el 2021 con una liga de franquicias. Le va a tocar remar y pelear en los despachos a un equipo que ha perdido todo el crédito en el peor momento.