Yiliang Peng, Doublelift, vuelve a TSM. El tirador cambia de aires para abandonar un Team Liquid que se vino abajo durante este Spring Split de LCS 2020. Más allá de la evidente noticia que supone que uno de los jugadores más emblemáticos de toda Norteamérica vuelva a una organización histórica en la que ya ha militado en el pasado, el movimiento ha despertado cierta controversia debido a las implicaciones que tiene para la integridad competitiva de la liga y para el gran damnificado de la operación, Kobbe.
El hasta ahora tirador europeo de Team SoloMid cruzó el charco el pasado periodo de traspasos para incorporarse a la disciplina de Reginald y, a priori, pelear por las primeras plazas de la región. Apenas han pasado cuatro meses desde su llegada y, en un contexto marcado por la incertidumbre, parece que ya no cuenta para un equipo que ha encontrado una oportunidad de mercado en Yiliang.
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Conflicto de intereses
Dejando de lado a Kobbe, existe otro gran problema cuando enfrentamos el fichaje de Doublelift por TSM. Leena, presidenta del club y encargada de acometer el fichaje, es también la pareja de Doublelift. Más allá de que como jefa de la directiva esté realizando un trabajo fuera de toda duda, las implicaciones que supone que uno de los activos en plantilla mantenga una relación sentimental con la presidenta son del todo evidentes.
No es necesario que ninguno de los dos lleve a cabo una mala praxis abusando de una posición de relativa autoridad. Los propios sesgos inconscientes inherentes a las problemáticas del día a día pueden pasar factura. No se trata solo del bienestar de Doublelift o Leena, también del resto de integrantes de la plantilla que se pueden ver presionados por una situación que quizá no deseaban y que no depende de ellos.
El movimiento supone un conflicto de intereses de manual. Por mucho que Doublelift defienda que la decisión está en buena medida motivada por los que serán otra vez sus compañeros, el transcurso de esta pasada temporada de primavera deja sobre la mesa más dudas que certezas.
Montecristo apuntaba una realidad que, aunque dolorosa, merece la pena tener en cuenta: teniendo en cuenta que Doublelift tenía otras ofertas y que esta supone un evidente conflicto de intereses, habría sido mejor para la identidad competitiva de la liga que el tirador hubiera recalado en cualquier otro equipo que no fuera Team SoloMid. Sin embargo, existe otro gran aspecto para tener en cuenta en esta operación.
El gran damnificado
El que sale perdiendo con el fichaje es Kobbe. Apenas ha tenido tiempo el danés para superar el desfase horario y ya se queda fuera de los planes del conjunto norteamericano. Si en cuanto al conflicto de intereses podemos compartir la culpa entre TSM y Riot, en esta ocasión todos los focos deben ponerse en la icónica organización norteamericana.
El club está en todo su derecho a aprovechar la oportunidad de mercado como si se tratara de una situación de absoluta normalidad. Ya en ese contexto se le podría afear la conducta de no apostar por lo que en un primer término creyeron correcto. Aun encima, nos encontramos con el agravante que supone la situación mundial y que tanto complica el futuro del tirador.
Kobbe ha realizado una temporada tan competente como discreta, pero no es ni mucho menos el problema más grave de TSM. El fichaje es absurdamente innecesario si solo tenemos en cuenta los aspectos deportivos. Lo cierto es que es Soren Bjerg, Bjergsen, el jugador que debe adaptarse a los nuevos tiempos si Team SoloMid espera volver a reinar en la región antes de que el metajuego cambie radicalmente.
El movimiento podría entenderse si estuviéramos hablando de un jugador que ha hecho un split horrible en su debut en Norteamérica, pero no es el caso. Pierde sentido la competición basada en franquicias si los clubs no entienden las implicaciones de este formato competitivo. Disponer de la posibilidad de realizar un trabajo a largo plazo es una ventaja con la que no se contaba hace apenas un par de años y acometer un fichaje de riesgo es una imprudencia que se torna anacrónica con esta competición.
A nivel comunicativo, la operación ha sido un desastre. La vuelta del tirador ha sido anunciada con un revival de lo que supuso su llegada al club en primera instancia. De nuevo la camiseta de su exequipo se fue a la basura en una broma que habla más de carencias que de virtudes. Del tirador danés, ni una palabra. Quizás entre los múltiples memes no ha habido espacio para aclarar los planes de futuro, decir si Kobbe puede volver a casa, se le está buscando destino en la región o jugará para el equipo academia.
Los esports viven en la inmediatez y la novedad, es normal que los movimientos constantes estén a la orden del día y que los clubs puedan cometer errores. Quizá más extraño es que perseveren tanto en ellos. TSM no solo ha errado diagnosticando los problemas deportivos de una plantilla a cuyo principal problema no quieren prestar atención, también ha gestionado de manera nefasta la comunicación del fichaje y, sobre todo, el adiós de uno de los jugadores de su tan histórica organización. En definitiva, han quedado retratados como club.
Nuevas acusaciones
El siempre polémico Thorin ha acusado a Team SoloMid de llevar a cabo poaching. Está práctica consiste en realizar un acercamiento a los jugadores para convencerlos de aceptar una oferta del club. Esta totalmente prohibida por Riot, que exige que primero se notifique a los clubs de las intenciones de fichar uno u otro jugador.
Sin embargo, Leena se defiende como presidenta del club. La filtración se realizó por unos comentarios en el servidor de Discord de la comunidad de TSM, pero la presidenta dice que están sacados de contexto y que realmente se ha sesgado el mensaje que trataba de comunicar. Lo cierto es que las pruebas no son concluyentes como para dilucidar la raelidad.
En cualquier caso, lo que ha quedado claro es que Kobbe no tenía intención alguna de abandonar el equipo. Así lo ha comunicado en su streaming personal mientras jugaba a VALORANT. Al menos, parece que Team SoloMid tratará de ayudar al jugador a encontrar un nuevo equipo.
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