T1 se llevó otra vez la LCK. Canna, Cuzz, Faker, Teddy y Effort han sido capaces de conformar un quinteto que pretende volver a competir por los grandes torneos de LoL internacionales e incluso parece que este sí puede ser el año de Corea. Sin embargo, el comienzo de la velada de League of Legends en la LCK no se las prometía tan felices para los antiguos SKT.
La primera partida comenzó con una sanción que impidió a los jugadores de T1 realizar los dos primeros banns. Perder este par de vetos mientas juegas desde el lado azul puede sentenciar la partida, pues dejas a los rivales dos de las mejores selecciones del metajuego disponibles mientras que tú solo puedes hacerte con uno.
T1 se lo tomó con filosofía y, aunque probablemente le hubiera gustado evitar la selección de Ornn o Aphelios por parte del cuadro rival, supieron adaptarse y responder. Además, mantuvieron su plan de partida realizando una primera selección de Graves que tuvo un papel protagonista a lo largo de toda la partida.
Este castigo impuesto por la LCK se debió, simplemente, a un malentendido. Un error de gestión hizo que los chicos de T1 llegaran tarde. La sanción es la habitual para este tipo de situaciones, aunque no sentó nada bien al CEO del equipo, que se quejó amargamente dada la importancia del partido y la posibilidad de imponer castigos alternativos. De hecho, Gen.G quiso renunciar a este privilegio, pero desde Riot no les permitieron perdonar a sus rivales y pusieron en juego la integridad competitiva de la final.