En un momento donde la tienda virtual de Nintendo Switch cuenta sus juegos por miles y Steam tenía hace ya un año una cifra superior a 30.000 videojuegos, tenemos además que tratar con un factor importante: los juegos como servicio que se dedican a traer remesas de contenido de forma periódica para tenernos entretenidos. Si sumamos la ingente cantidad de títulos a los que quieren perdurar en el tiempo y ser considerados "pozos de horas", la conclusión es muy simple: no hay tiempo para jugar a todo.
Por eso, aunque seamos unos locos de un título tan brillante como Hearthstone, puede llegar un momento en el que lo dejemos para probar las mieles de otros videojuegos de cartas como Magic Arena o el reciente Legends of Runeterra. Sin embargo, como si de un ex muy especial se tratase, hay veces en las que apetece volver a quedar y recordar los viejos tiempos.
O quizás nunca has jugado a un título con tanto camino a sus espaldas como Hearthstone, pero te seduce su ambientación basada en el genial mundo de Warcraft y la posibilidad de echar unas partidas desde el móvil. Pues tengo una buena noticia para ambos perfiles: ahora es el mejor momento para volver o empezar a jugar a Hearthstone.
En marzo de 2014 fue lanzado Hearthstone. De aquella fecha se han cumplido 6 años y, cada tres-cuatro meses, se han ido añadiendo cientos de nuevos naipes. Este aluvión de contenido obligó a que los desarrolladores tomaran la decisión de instaurar los años estándar y las rotaciones de cartas una vez pasado un ciclo dentro del juego; una mecánica habitual en en los juegos de cartas. El formato estándar, el más importante, solo permite el uso de cartas clásicas, básicas y las aparecidas en expansiones de ese año y el anterior.
Y, como es tradición, en un par de días llegamos al mes de abril que alumbra el cambio de año estándar. Esto supone que 'El Bosque Embrujado', 'El Proyecto Armagebum' y 'La Arena de Rastakhan', las expansiones de 2018, desaparecen en el próximo Año del Fénix. A cambio, llegará el primer conjunto de 2020 y de este año estándar: 'Cenizas de Terrallende'. En resumen, se producirá la salida de 405 cartas y la llegada de 135.
Para quienes se hayan perdido estos últimos años de Hearthstone, se trata del mejor momento posible a nivel de economía del juego y de recursos disponibles, ya que la cantidad de cartas totales desciende de una manera pronunciada. Pero, para que quieras volver o empezar a jugar a Hearthstone, quizás necesitas algo más que nuevas cartas o más facilidad a la hora de confeccionar un mazo competitivo. Y también tiene respuestas Blizzard en ese sentido.
'Cenizas de Terrallende' es la expansión más arriesgada que ha tenido nunca Hearthstone. Es cierto que el primer set de cartas de cada año estándar tiene la responsabilidad de asentar el metajuego y marcar tendencia desde el principio, además de servir para mandar unas cuantas cartas problemáticas al Hall de la Fama. Sin embargo, esta expansión se atreve a hacer lo nunca visto: lanzar una nueva clase.
El Cazador de Demonios es la décima clase de Hearthstone y la primera que se introduce desde su salida. Por si la llegada de Illidan como héroe fuera poco, se realizará una gran actualización al Sacerdote. Esta clase ha tenido algún arquetipo poderoso, pero últimamente apenas sobrevivía haciendo uso de combos poco consecuentes con su identidad clásica de jugar grandes esbirros y controlar la mesa.
Nosotros hemos podido jugar en un servidor de Blizzard todos los cambios del Año del Fénix, tanto las cartas de la expansión 'Cenizas de Terrallende' como el Cazador de Demonios y el rework del Sacerdote y estas son nuestras impresiones:
Cazador de Demonios y rework al Sacerdote
Es evidente que hacerse una idea del metajuego que resultará tras este cambio tan profundo a Hearthstone, es complicado, y más teniendo en cuenta que apenas disponíamos de un puñado de horas. Sin embargo, sí que podemos decir alguna cosa sobre el mayor atractivo de esta expansión. Y la primera es obvia, la amplia mayoría de medios y jugadores citados a esta prueba temprana, jugaban con el Cazador de Demonios; demostrando que el hype está por las nubes.
Pero, tras disputar una importante serie de partidas con y contra diversos arquetipos de Cazador de Demonios, no parece que sea demasiado potente. La prueba más palpable de esto es que pudimos ganar una partida al Cazador de Demonios de todo un campeón como Esteban "AKAWonder" Serrano con una baraja de Sacerdote en la que probábamos sus nuevas cartas.
Más allá de lo interesante que es el poder jugar con una nueva clase tras tantos años maniatados a usar las nueve de toda la vida, el Cazador de Demonios no parece tener más identidad que ir a por el rival decididamente, tal y como han hecho con anterioridad variantes de Cazador o de Guerrero. Es cierto que tiene buenos combos y bastante capacidad de robar cartas y generar recursos, pero la primera impresión es necesita algo más de punch.
Por lanzar un apunte sobre el Sacerdote, nos pareció bastante mejor que lo esperado. Las nuevas sinergias con dragones le permiten subir un peldaño con respecto a lo que habíamos visto con Galakrond, y cartas como "División de Psique" refuerzan su identidad de mejorar esbirros muy fuertes, aunque sigue adoleciendo de limpiezas potentes más allá del "Espejo de almas" de esta expansión.
Nuevas mecánicas y arquetipos
Más allá de esta clase concreta, 'Cenizas de Terrallende' introduce un puñado de nuevas mecánicas en Hearthstone. Por un lado tenemos "Proscrito", una palabra clave asociada al Cazador de Demonios que bonifica a las cartas que cuenten con ella si están en los extremos de nuestra mano al ser usados. Tiene sentido y funciona, ya que el Cazador de Demonios apunta a gastar muchos recursos y mover las cartas de sitio en su mano.
Y para complementar esto, hay dos nuevos tipos de esbirros. Por un lado tenemos a los legendarios supremos, que cuentan con un Último aliento que al morir introduce su versión mejorada en nuestro mazo; y por otro los demonios encarcelados, que están en Letargo durante un par de turnos, hipotecando dichos primeros envites para proporcionar un mayor empaque en el futuro. Aunque ambas son mecánicas potentes, nos inclinamos por las primeras como más relevantes en Hearthstone, sobre todo en arquetipos pesados que se puedan permitir usar una carta potable en el early a cambio de un "pepino" en el late.
Aunque lo que de verdad es interesante cuando se produce un cambio así de profundo en Hearthstone, no es tanto ver como es el nuevo equilibrio de fuerzas entre las barajas y clases más potentes, si no observar quién se hace con arquetipos nuevos. Y de esos, quizás nos quedamos con dos. Por un lado tenemos el Paladín Tratados, que hace uso de hechizos muy potentes y unas mecánicas para bajar su coste. No es que fundamente un nuevo rol para Paladín, al tratarse de un paquete de 10 cartas, pero con la salida de Shirvallah y los robots de estándar, es muy interesante.
Pero para nosotros la joya de la corona es el Mago Hechizos. Al igual que hace un tiempo se intentó (con éxito) crear un Cazador que no hiciera uso de esbirros, el equipo de desarrollo de Hearthstone se ha animado a hacer lo mismo con una clase a priori mucho más apropiada como es el Mago. Y he de decir que el resultado es muy divertido.
'Cenizas de Terrallende' llega el próximo 7 de abril, de la mano del nuevo Año del Fénix y sus rotaciones de cartas para el modo estándar. Hearthstone tanta carne en el asador como esperanzas depositadas en este "reinicio" de su juego; la pelota está en el tejado de la comunidad.