Se salvó sobre la bocina la LPL de una trama de amaños que podría haber puesto patas arriba la competición. Los problemas económicos de WeiYan, un jugador vinculado a Rogue Warriors, le hicieron aceptar en primer término un amaño que finalmente fue destapado ante la negativa del jugador a llevarlo a cabo.
Se mostró muy arrepentido WeiYan, pero eso no le ha valido para evitar una suspensión de dos años por parte de Riot. El jefe de la trama o su enlace trató de extorsionarlo y amenazó con advertir a la desarrolladora si el jugador se echaba atrás en la iniciativa, algo que parece que finalmente hizo. La amenaza no fue en vano y, efectivamente, alguien denunció la situación. WeiYan también fue despedido del equipo con efecto inmediato.
Tras una investigación bastante breve la compañía ha decidido suspender dos años a Weiyan. Además, el club en el que jugaba también ha sido sancionado con una multa de 3 millones de yuanes, lo que equivale a algo más de 422.000 dólares estadounidenses.
En principio parecía que el club podía salvarse de ser señalado, pero se ha descubierto que no fue el equipo el que delató al jugador, si no el que informó de que el jugador había sido delatado. Además, desde la LPL seguirán investigando el asunto para determinar si hay más responsabilidades.
No es la primera vez que este tipo de escándalos sacuden los esports. Con el crecimiento de la industria y el aumento de popularidad de la competición llegan los mercados de apuestas, que pueden traer este tipo de problemas como socios.