El disco duro interno SSD de PlayStation 5 tendrá 825GB, y podrá cargar la sorprendente cifra de 500GB de datos en solo un segundo. Esto implica que los juegos cargarán al instante si están instalados en este disco duro. Se trata de una tecnología propia de Sony que aún no está disponible en el mercado, por lo que cuando gastemos ese espacio tocará recurrir a discos duros externos.
Por suerte, PS5 permitirá que usemos discos duros externos USB normales, aunque en estos casos la velocidad de procesado será la habitual, teniendo que aguantarnos con los tiempos de carga propios de la actual generación de consolas (y quién sabe si con tiempos de carga aún mayores si hablamos de juegos propios de PS5).
También incorpora un espacio para discos duros NVMe, aunque no todos los discos NVMe valdrán para la consola. Lo primero es que deben caber en el puerto de expansión de PS5, y Sony deberá dar el visto bueno para que cumpla sus estándares. Además, esta tecnología sigue estando también por detrás de la que usará Sony para su consola.
A esto hay que añadir otro problema, y es que el disco interno de PS5 tiene seis prioridades de trabajo, mientras que los discos disponibles solo 2, por lo que puede haber problemas.
La solución de Xbox Series X parece más simple y accesible, aunque puede que a largo plazo, cuando la tecnología esté a la altura de lo que requiere PS5, la beneficiada sea la consola de nueva generación de Sony. Veremos cómo evoluciona este rápido asunto.