Los esports han quedado en jaque debido al coronavirus. La LCS era el último bastión del LoL competitivo, pero también ha quedado cancelada hasta nuevo aviso. La división de esports de Riot ha decidido que esta es la acción más responsable para preservar el bienestar de cuerpo técnico, jugadores y trabajadores.
La situación también ha obligado a cambiar el emplazamiento en el que tendrán lugar las próximas finales de la máxima competición de Norteamérica. La final de la LCS se disputará en el estudio de Los Ángeles, si es que puede llevarse a cabo en vivo. Dallas tendrá que esperar, como mínimo, al próximo Summer Split para poder acoger el evento.
Esta decisión ha sido tomada en consenso con todos los equipos de la competición y trae una consecuencia que fue haciéndose más previsible conforme las informaciones del COVID-19 avanzaban: ya no hay grandes ligas de League of Legends disputándose en vivo.
Según informan trabajadores de Riot en Twitter, se buscará continuar las competiciones de forma online. Una mala noticia para el espectáculo, pero un sacrificio que en los tiempos que corren es más que agradecido. En caso de poder llevarse a cabo, se conseguiría entretener con seguridad a los millones de personas de todo el mundo en cuarentena.