Riot ha tenido que tomar medidas de urgencia: la LEC se disputará puerta cerrada. Además, Origen tendrá que disputar los partidos desde casa. El coronavirus es ya un problema mundial de salud pública. La rápida transmisión de la enfermedad y la necesidad de contención para evitar la masificación y saturación de hospitales obliga a tomar medidas de urgencia en todo el mundo.
Pocas dudas ha mostrado Riot a la hora de atajar la situación. Ni periodistas ni público podrán entrar al plató en el que se disputa normalmente la máxima competición europea de League of Legends. La argumentación es evidente: lo primero es proteger la salud y el bienestar de los espectadores, jugadores y profesionales que normalmente acuden a disfrutar de la competición en vivo.
Origen será uno de los equipos a los que más afecte esta decisión. El club tendrá que disputar los partidos desde Dinamarca debido a las restricciones impuestas por el gobierno danés en un esfuerzo por contener el COVID-19 y que impedirán que el equipo viaje con normalidad a los estudios de Berlín.
Los esports han mostrado capacidad para reponerse. Las competiciones en línea y la necesidad de suspender eventos presenciales ha supuesto un golpe para la industria. Aunque el espectáculo se resiente, es totalmente viable realizar las competiciones sin poner en riesgo a jugadores, personal ni público.