Nadie sabe quién es Fatty Melon. Un espectador más de Twitch que se caracteriza por las grandes donaciones que realiza, normalmente, a streamers con pequeñas comunidades. No va en busca de protagonismo ni revela su identidad, pero acumula ya un cuarto de millón de dólares en donaciones a diferentes creadores de contenido de la web de streamings más importantes del mundo.
Fatty Melon se comporta como una especie de Papa Noel en esteroides. Parece que simplemente trata de ayudar a los diferentes miembros de la comunidad a ir cumpliendo unas metas que, debido a problemas económicos, es complicado que jamás llegasen a cumplir de otra manera. En algunas ocasiones ha sido algo más gamberro con quien no lo necesitaba tanto, como cuando por una donación pidió que uno de los streamers repitiera su nick durante diez horas.
En cambio, nuestro donante misterioso se pone serio cuando se trata de asuntos complicados. A un streamer cuyo objetivo era poder conocer al fin a su padre, le donó un total de 4.700 dólares para cumplir instantáneamente la meta económica, que se cogiera un avión a Filipinas y pudiera verlo de una vez por todas.
Este tipo de sucesos no son únicos en Twitch. A veces son los propios streamers los que alojan a otros con menor comunidad para ayudarles con sus objetivos e incluso apoyan con donaciones. Que se lo digan a Jenniez, que tenía un objetivo económico especial y desafortunado: reunir 5.000 dólares para su tratamiento contra el cáncer. Con 200 acumulados, tardó 10 minutos desde que Shroud alojó el canal en alcanzar los objetivos.
Fatty Melon y muchos otros usuarios de Twitch y de internet son los que hacen de este un espacio con el potencial para ser maravilloso. Una comunidad donde el apoyo mutuo puede convertirse en una realidad. La cara amarga puede pesar demasiado, pero que el pesimismo no nos arruine una bonita historia.