Las críticas de la comunidad a los casters parecían un problema arraigado a la comunidad española. Los repetidos comentarios sobre Ulises, Noa o Wolk hace tiempo que pasaron la barrera de mínima educación para convertirse en una competición de faltas de respeto.
Evidentemente, no toda la comunidad es culpable, ni está involucrada en las críticas, que tienden a llegar incluso a tocar lo personal o el aspecto físico del equipo de comentaristas. Lo que muchos no saben, es que este fenómeno no se debe a la marcha de Ibai o es propiedad exclusiva de una comunidad española descontenta y frustrada por los profesionales que amenizan e ilustran las retransmisiones de nuestras competiciones favoritas.
Quickshot lleva narrando partidas desde que el LoL es LoL y no se ha librado en la última semana de recibir un ‘feedback’ que pasa de lo negativo. En una entrevista a Invenglobal, el narrador de la LEC ha mostrado la calma que le da la experiencia y una cierta perspectiva que le ayuda a sobrellevar este tipo de situaciones.
Es cierto que buena parte de las críticas se debían a situaciones que Quickshot define como elecciones editoriales. Sobre que hablar o no hablar, pero hay un problema común: comentarios negativos respecto al conocimiento del juego por parte del equipo de comentaristas.
Tanto en España como en la escena internacional se acusa a los narradores y analistas de no tener un conocimiento del juego tan profundo y/o, si lo tienen, de no saber comunicarse o de crear una retransmisión aburrida. El espectador está en todo su derecho a exigir, pero en ocasiones los objetivos del público se contradicen y es imposible mantener a todo el mundo contento todo el tiempo.
Detrás de cada narrador hay un profesional dispuesto a escuchar la crítica realizada desde un punto de vista constructivo. Una persona que quiere realizar su trabajo en las mejores condiciones para poder salir de su puesto con la satisfacción que amerita haberlo hecho bien. Personas como tú o como yo, con la diferencia de que en su trabajo se colocan delante de una cámara y un micrófono.
Aún sin sembrar vientos hemos acostumbrado a estas figuras públicas de referencia en los esports nacionales a recoger tempestades inmerecidas. El propio Quickshot afirma sobre la LEC que la calidad de la retransmisión y la selección de contenidos siempre pueden mejorar. En cuanto a nuestro equipo de comentaristas, puede que ‘contestar el Barón’ o ‘comprar tiempo’ no sean las expresiones más adecuadas en nuestro idioma o que alguien prefiera la calidad del análisis de Future o Cabramaravilla.
Cada postura y preferencia personal merece tanto respeto como cada profesional. Quizás ha llegado el momento de dejar de exigir a los casters y comenzar a incentivar formaciones cuando están ya en el puesto de trabajo para que puedan pulir los diferentes aspectos en los que evidentemente pueden flaquear. Al fin y al cabo son tan humanos como cualquiera, por lo que no están exentos de fallos, siendo siempre susceptibles a mejorar.
Las primeras narraciones de Carlos Martínez y Maldini avergüenzan a día de hoy a estos dos profesionales. La experiencia y el aprendizaje durante años es lo que les ha permitido transmitir sus habilidades. Eran expertos del fútbol cuando comenzaron y se convirtieron en expertos de la comunicación con el paso de los años.
Los esports, como industria joven, no cuentan con una plantilla de profesionales tremendamente formados. A muchos de los que participamos en la industria nos ha sobrevenido una situación a la que hemos dedicado todas las horas e ilusión del mundo hasta finalmente tener la suerte de convertirla en una ocupación a tiempo parcial o completo. Detrás de cada nick hay una persona tratando de convertirse en mejor comunicadora y asentarse en un puesto de trabajo tremendamente disputado y en examen constante.
En caso de que la industria no tenga la paciencia necesaria con las retransmisiones y los equipos que la forman, corremos el riesgo de perder a lo que podrían ser los mejores narradores del futuro. Una crítica constructiva en la que se ofrezca el tiempo necesario para crecer profesionalmente realizada con sumo respeto nunca ofenderá a ningún profesional.