Hace dos años comenzó el calvario de Xyraz. Cáncer de estómago: una difícil empresa fruto de un destino caprichoso que amenazó con truncar su carrera y su vida. Afortunadamente, hoy no hay necesidad de revolcarse en el fango. No es momento de hablar de recaídas o enfermedades ni de dar malas noticias, solo positivas.
Xyraz vuelve a ejercer como el jugador profesional que nunca dejó de ser. Dos veces ha tenido que superar una enfermedad cuya sola mención infunde pánico y terror. El jugador se confesó listo para volver a competir el pasado noviembre tras anunciar muy felizmente que ya había superado el cáncer dos veces.
Movistar Riders mostró durante el proceso una actitud ejemplar manteniendo al jugador en nómina y pendientes de su evolución, siempre a disposición de Xyraz y esperando el momento óptimo para que volviera a competir. Sin embargo, sea por un motivo de falta de confianza, por medir sensaciones o por permanecer cerca de su domicilio, ha sido el jugador el que ha decidido abandonar el club.
Según las declaraciones de Fernando Piquer, CEO de Riders: “Ha llegado el momento en el que Gustav (Xyraz) nos ha pedido salir del club para probar, poco a poco, en otro equipo en el que podrá empezar a practicar para volver a la competición. Como es lógico hemos apoyado su decisión y nos hace felices que haya llegado este momento.”
El camino se separa y probablemente sea lo mejor para ambas partes habiendo llegado a este momento. Nada debe de ensombrecer la vuelta de Xyraz a la competición. Nosotros no podríamos tener más ganas de que hubiera podido jugar, aunque sea una vez más, con la camiseta de los jinetes. Quién sabe, quizás sus caminos vuelvan a cruzarse en el futuro. Tanto el club como el jugador lo han dejado claro, esto es un hasta pronto.