Ahora que se ha retrasado Final Fantasy VII Remake hasta el próximo 10 de abril, tenemos algo más de tiempo para profundizar en los detalles de uno de los títulos más esperados de 2020.
Casi no hace falta decirlo, pero Final Fantasy VII está considerado como uno de los mejores videojuegos de todos los tiempos. En su día, marcó los corazones de los jugadores gracias a su profundidad jugable, a su apartado técnico y, sobre todo, por su emocionante historia.
Cloud, Barret, Sefirot, Tifa, Aeris... todos los personajes del juego rezumaban carisma y tuvieron buena parte de responsabilidad a la hora de que, incluso a día de hoy, se considere al juego de Square como una obra legendaria. No es para menos. Y, por eso, tras muchos años siendo el anhelo de sus millones de fans, en unos meses tendremos el deseado remake con nosotros. Bueno, una parte de él.
Atreverse con un remake es una apuesta muy delicada. Por un lado, hay quienes prefieren que la obra y el recuerdo permanezcan inalterados. Pero también hay quienes quieren adaptarlo a los nuevos tiempos, con mejoras visuales y jugables, y así tener una excusa para volver a jugarlo. Sin olvidar a los que, por edad, no pudieron disfrutarlo en su día.
Precisamente, de esta dicotomía nace el dilema. La palabra remake señala una nueva versión fiel a la original, pero que no siempre tiene que regirse por seguir a pies juntillas lo que hacía. Esto, junto a la publicación del juego por capítulos, hace pensar que quizás no sea descabellado pensar que encontremos cambios con respecto al juego publicado en 1997.
Y, obviamente, lo primero que se nos viene a la mente es profundizar en la muerte de Aeris. Probablemente, el spoiler más conocido de la historia de los videojuegos. Algo semejante al “yo soy tu padre” de Darth Vader a Luke Skywalker. Todo el mundo lo conoce, incluso sin haberlo visto.
La pregunta es clara… ¿debería Square Enix cambiar su trama y que Aeris no muriera en Final Fantasy VII Remake?
El tema es peliagudo y, seguro que hay división de opiniones. Los más puristas no querrán que se toque una trama casi perfecta, con momentos inolvidables e icónicos como el propio de la muerte de Aeris a manos de Sefirot. Pero también, nadie puede negar que todos intentamos, en su día, comprobar si eran ciertas las leyendas urbanas acerca de que se podía salvar a la florista cumpliendo varios requisitos casi inalcanzables. No lo era.
Por otro lado, el conocer el sino de uno de los personajes puede afectar a la hora de disfrutar el producto. Eso puede mermar a la hora de afrontar el juego. Lógicamente, sabiendo que antes o después va a morir, no merece la pena equipar o desarrollar el personaje de Aeris en los combates, con lo que se pierde uno de los activos más interesantes de este y de cualquier otro producto de entretenimiento: el factor sorpresa.
Vivir el momento de su muerte sin saber que va a ocurrir es algo que deja sin respiración durante varios minutos. También es un punto de inflexión importante, y que nos hace reflexionar sobre otros aspectos más místicos, como la aceptación tras pérdida.
Square Enix ya ha cambiado varios aspectos en Final Fantasy VII Remake que, en su día, parecían intocables. Como el combate por turnos, que desaparece para ofrecer unas batallas más dinámicas. Y parece que han acertado.
Cambiar la historia de su juego, o al menos modificar uno de sus momentos más memorables, es un tema que tratar con mucha delicadeza. Todavía queda tiempo para salir de dudas, ya que el juego que nos llegará en abril, solo cubrirá la aventura hasta la marcha de Midgar, donde conocemos a Aeris, pero no ha ocurrido todavía su trágico destino. Tendremos que esperar al menos hasta la segunda parte de Final Fantasy VII Remake para comprobarlo.
Pero, si estuviera en vuestra mano… ¿impediríais que Aeris muriese o conservaríais el concepto de la obra original?