A pesar de que los simuladores futbolísticos se suelen renovar cada año, muchos niños y adolescentes de los dosmiles han seguido jugando a un título en particular. De las tardes de nocilla, pelotazos y refresco se pasó a las cervezas, pero Pro Evolution Soccer 6 seguía siendo un denominador común.
PES 6 sigue siendo magia a día de hoy, cuando las versiones superiores alcanzan la simulación total. El arcade se adueñaba del dualshock y nos brindaba horas y horas de diversión. Historia de los videojuegos.
Liga Master y Castolo
Castolo, Espimas y Minanda. Ni MSN, ni BBC. Este tridente tenía tantos goles y mucho más carisma que los del Barcelona y Real Madrid. A medida que íbamos adquiriendo jugadores (entre los que destacaban los baratos cracks surcoreanos), estos eran de los pocos que sobrevivían a nuestro ascenso a primera división y podían levantar algunos trofeos.
Los partidos eran muy entretenidos, pero el sistema de fichajes de la Liga Master era tan adictivo que te obligaba a acumular talento como si tuvieras un diógenes futbolístico. Juventud, velocidad y regate eran los obligados requisitos para firmar a cracks con los que crear la plantilla definitiva.
Adriano y su universo propio
Aunque el Ultimate Team nos quiera decir lo contrario, los juegos de fútbol de hoy en día son realmente simuladores de lo que pasa en la realidad, tanto a nivel de juego, como reflejando las habilidades de los jugadores en el mundo que habitamos. Sin embargo, cuando algo se queda en la superficie e intenta reflejar lo que ya conocemos, puede no llegar a la categoría de mito.
La definición de mito es "historia fabulosa de tradición oral que explica, por medio de la narración, las acciones de seres que encarnan de forma simbólica fuerzas de la naturaleza". Y es algo que se ajusta perfectamente a los jugadores que han trascendido en PES 6.
El mayor ejemplo de esto es Adriano. Un jugador que apuntaba muchas maneras durante sus primeros pasos en el Inter de Milán, pero que se quedó en juguete roto tras sus escarceos con el alcohol. Sin embargo, sus 99 puntos en potencia de disparo en PES 6 le inmortalizaron como una leyenda de nuestra infancia capaz de meter todo tipo de goles desde cualquier punto de . Y como él, otros como Obafemi Martins y su endiablada velocidad o Nakamura y la calidad de disparo que atesoraba.
PES Shop y los trajes de pingüino
Ahora mismo hay dos formas de alargar la vida de un videojuego. O compramos un DLC que expanda la cantidad de horas que podemos pasar con él, o nos aficionamos a un juego como servicio que se actualice de manera periódica con contenido. Sin embargo, hace dos generaciones, estas dos cosas no eran factibles y existía la posibilidad de desbloquear contenido a medida que se jugaba. Vaya locura, ¿eh?.
PES 6 contaba con ese infinita Liga Master, pero también tenía una divisa llamada PES Points. A medida que se lograban victorias, se jugaban partidos o se conquistaba uno de los muchos trofeos que integraban el juego, se iban acumulando en el monedero. Y había multitud de objetos que se podían adquirir para tanto echarse unas risas, como ganar contenido para luego jugar.
Desde jugadores legendarios a selecciones clásicas, pasando por una nueva dificultad o ángulos de cámara muy locos, eran adquiridos a cambio de PES Points. Aunque sí, lo que más nos gustaba a todo el mundo eran los trajes de pingüino, avestruz o dinosaurio. No has tenido infancia si no te has muerto de risa con estos objetos.