Hay juegos que destacan por cambiarnos la perspectiva sobre ciertos temas, o que nos hacen reflexionar sobre algo en concreto. Otros simplemente nos plantean una buena historia de la cual queremos saber si desarrollo y final. Pero todos tienen en común que son videojuegos, hechos con el principal propósito de entretenernos durante un cierto tiempo. Para ello se crearon y, aunque hay ocasiones en la que esto se puede olvidar, siguen teniendo el mismo fin. Lo cual nos lleva a esos títulos que se olvidan de las tediosas narrativas y los temas controvertidos y simplemente se dejan caer al vacío con una jugabilidad exigente y una ambientación colorida y divertida.
El estudio indie Cleaversoft nos trae Earthnight, un autorunner con muchas plataformas y toques roguelike, donde la mayor premisa es caer por las diferentes capas de la atmósfera sobre el lomo de unos dragones hasta alcanzar la superficie terrestre. Esta aventura arcade la hemos jugado en Switch pero también está disponible en PC y PS4.
Corred (y saltad) insensatos
El punto más importante de Earthnight es su gameplay, rápido y lleno de mecánicas posibles. Aunque sin ser demasiado complejo en sus controles, son simples variaciones que pueden afectar de manera directa o indirecta a que el intento sea fructífero. Los controles como ya hemos dicho son simples, tenemos dos posibilidades dependiendo del personaje que escojamos Stanley o Sydney. El primero tiene más facilidad para recoger partes de monstruos que servirán para obtener diferentes mejoras. Mientras que la segunda tiene un tipo de juego más plataformero, con más saltos y movilidad en general. Esto no quiere decir nada, pues al final va a dar un poco igual y deberíamos jugar con el que nos sintamos más cómodos. Esto se debe a las mejoras, ya que son power-ups que nos encontramos en el suelo y nos dan diferentes características según el tipo que hayamos recogido, de los primeros que se pueden desarrollar son los de daño, haciendo que sea más fácil matar bichos o de salto pudiendo generar uno doble. Por eso decimos que es mejor sentirnos cómodos con uno de los personajes, al final los dos son más o menos lo mismo.
El mundo se ha sumido en un apocalipsis dragonil, por ello los pocos supervivientes se encuentran en naves espaciales. Debido a esto la moneda más importante es el agua y para obtenerla hay que vender partes de monstruos y objetos más especiales. Por ello nuestros valientes personajes se deben tirar al vacío en un intento por llegar a la superficie y recuperar el planeta, aunque si no llegamos siempre nos podemos detener en los cientos de dragones (tipo chino) que nos encontramos en las capas atmosféricas y recorrer su espalda robándole los huevos. Porque esa es la premisa en Earthnight, si no podemos salvar el mundo al menos nos haremos ricos vendiendo huevos robados de la espalda de los dragones. Y salvar al mundo sin ser veteranos curtidos en mil espaldas es muy difícil.
Earthnight es un autorunner lo que lo convierte en un Super Mario que corre solo y salta mucho. Lo verdaderamente difícil viene del elemento roguelike, ya que vamos mejorando conforme fracasamos y mejoramos nuestras mecánicas. Esto hace que cuando saltamos intentemos caer siempre en un dragón cuyos materiales nos puedan ayudar a conseguir los potenciadores, aunque siempre será difícil pues una "mazmorra" nunca es igual a otra. Lo que si hay son dificultades y cuanto más caigamos en la atmósfera mayores serán los retos.
Como hemos adelantado antes, en la historia de Earthnight se ha producido un apocalipsis algo diferente a los usuales. Aunque esta parte tiene muy poco peso pues no se nos explica con demasiado detalle, es más una excusa para saber porque nos tiramos de una nave a través de la atmósfera, sin traje protector, y matamos dragones como si fuéramos un personaje cualquiera de Juego de Tronos.
A todo color
Sin embargo lo que acompaña a la jugabilidad, actuando de catalizador, es el apartado gráfico y sonoro. Aquí es donde se nota el carácter único de Earthnight y el cariño con el que está hecho, llevando sus diseños a mano a las animaciones en 2D que vemos en el juego. Entre los que se esconden algunos guiños a diferentes series y juegos de ellos últimos años, como God Of War, Hora de aventuras o Street Fighter. Su estilo cartoon y su carácter risueño, junto a la poca seriedad que se imprime en su mundo lo hacen todo muy llamativo y atrayente. Esto se ve y se siente de principio a fin, desde la nave hasta el último dragón, pues muchos de los diseños de estos últimos son inquietantes. Y en los ratos muertos en los que nuestros protagonistas no están corriendo de aquí para allá, se les puede ver cómo está uno en su casa un domingo de fresco, envuelto en una manta y con la tablet en la cara. Esto asumiendo ya de por sí que Stanley sale a salvar al mundo cómo va uno a comprar el pan, en chándal (aunque está práctica se este poniendo de moda, como Genji de Overwatch).
Con el sonido pasa exactamente lo mismo, con un toque arcade, se encarga de energizar la mezcla y de ponerle el toque de tensión, la guinda, al paquete de nervios que ya de por sí Earthnight nos deja encima.