¡Están locos estos romanos! Quizás sea la frase más conocida pronunciada por Obélix, el galo que se cayó en la marmita de poción mágica. Al pobre, con su descomunal fuerza, no le dejan catar la poción y siempre intenta pillar alguna gota de la botella de su inseparable amigo Astérix. Todo ello mientras arrasan las centurias romanas a base de buenos tortazos. La irreductible aldea gala lleva años y años cosechando éxitos en cómics, series animadas, películas tanto animadas como de acción real y, por supuesto, en videojuegos.
No han sido pocas las veces en las que los galos más famosos de la ficción han aparecido en este nuestro amado mundillo. Los personajes creados por René Goscinny y Albert Uderzo han tenido un éxito dispar en su andadura videojueguil, los más veteranos recordarán con nostalgia los geniales plataformas aparecidos en la época de los 8 y 16 bits. Los galos desaparecieron paulatinamente de la escena hasta la llegada, ya en las máquinas de 128 bits, de Asterix y Obelix XXL una brillante aventura de plataformas en 3D cuya secuela XXL2 fue aún mejor y de la que hace escasos meses se lanzó un Remaster. Pues bien, aprovechando ese buen nombre, la gente de Microïds ha pretendido lanzar una tercera entrega que poco en nada tiene que ver con lo que vimos anteriormente.
Lo primero que tenemos que decir de Astérix y Obélix XXL3 es que abandona las plataformas para adentrarse en la acción directa. Estamos ante una aventura cooperativa -tranquilos todos, se puede jugar en solitario, pero pierde algo de diversión- en la que lo principal es ir de un lado para otro repartiendo somantas de palos a todo legionario o centurión romano que se nos cruce por delante. Y nada más. Porque la aventura, algo insulsa y un mero pretexto, se centra precisamente en eso.
Para empezar, el Druida Panoramix nos pide que encontremos a Frida una antigua amiga suya que está siendo perseguida por los romanos. Frida ha creado un Menhir de Cristal -de ahí el subtítulo del juego- muy poderoso por lo que César ha desplegado a todas sus legiones para que localicen a Frida y se hagan con dicho menhir. Con lo que no contaban estos locos romanos es que van a vérselas con los galos más irreductibles. A través de medio mundo conocido Astérix y Obélix irán en la búsqueda de la hechicera mientras van dejando grogui a casi todo el ejército del Imperio.
Que el juego esté repleto de acción y mamporros no tiene que significar algo bueno… si no que nos ha dejado con la sensación totalmente opuesta. Astérix y Obélix XXL3 ha supuesto una pequeña gran decepción ya que el planteamiento es repetitivo hasta la saciedad. Una y otra vez repetiremos los mismos esquemas tanto jugables como narrativos.
A lo largo del viaje descubriremos variados entornos en varias localizaciones a lo largo y ancho del Imperio pero las situaciones que viviremos en los escenarios serán siempre las mismas. Con el dúo galo nuestro único cometido será despejar las zonas de legionarios romanos -rivales que por cierto, al igual que en los cómics, no destacan precisamente por ser variados- a base de tortazos. Si, parece algo simple pero es que es lo que nos vamos a encontrar.
Obviamente tendremos objetivos que cumplir pero no pasan de llegar al punto de inicio de misión, hablar con algún personaje y acometer la búsqueda de un objeto u otro personaje que nos dará pistas sobre el paradero de los fragmentos que activan el poder del menhir. De esta manera iremos de aquí para allá con el único propósito de eliminar hordas enemigas. Apenas habrá momentos de exploración más allá de los caminos pasilleros ya marcados por los que ir del Punto A hacia el B.
Bien es cierto que liarse a tortazos con los chascarrillos típicos de la serie así como con una ambientación muy bien recreada es divertido en los primeros compases, sobretodo si jugamos en compañía. Y es que Astérix y Obélix XXL3 está concebido como un juego cooperativo de principio a fin a pesar de que podemos cambiar entre un personaje u otro en cualquier momento si jugamos en solitario. Con todo y con eso, es en cooperación con otra persona cuando el título da mayores cotas de diversión.
Cada jugador opta por controlar a Astérix u Obélix -los personajes tienen las mismas habilidades, con la salvedad que Obélix es algo más lento en sus movimientos por cargar con el menhir- y a partir de ahí que empiece el festival de tortazos y que salgan los legionarios volando por los aires. En solitario, por su parte, podemos cambiar de personaje con tan sólo pulsar un botón. Pese a ello se nota que el juego está pensado para jugarlo de forma cooperativa ya que el personaje que no controlemos muy pocas veces nos ayudará en las tareas o se limitará a pegar un puñetazo de vez en cuando. Esto muestra que tanto la IA aliada como la enemiga no son muy avispadas… ya que los romanos, aunque nos atacarán e intentarán avisar a más aliados, van a salir a nuestro paso a esperar que los apalicemos -casi igual que en la serie original-.
La jugabilidad en general de Astérix y Obélix XXL3 es bastante directa si tenemos en cuenta que se trata de un juego de acción. Controles sencillos que no requieren de mucha combinación de botones para ejecutar habilidades especiales -éstas consumen energía que podemos recargar comiendo o buscando rayos por los escenarios- que nos serán de gran ayuda cuando las hordas de legionarios empiecen a rodearnos.
En un par de minutos ya nos acostumbraremos a ellos y estaremos realizando “tundas de tortazos” de más de 50 o 60 golpes. Cabe decir que cada vez que eliminemos romanos o rompamos cajas obtendremos cascos con los que podemos comprar nuevas habilidades o mejorar la salud y energía de Astérix u Obélix. El juego, además, trae varias dificultades para elegir la que mejor se adapte a nosotros. Y, como es un juego enfocado a los más peques y familiares poco habituados a jugar, todas son bastante sencillas incluso la más elevada.
En cuanto al apartado gráfico, técnico y sonoro del título sólo podemos decir que se nota que no han contado con un gran presupuesto en su desarrollo. El juego, eso sí, consigue la estética colorida y alegre de los cómics de Goscinny y Uderzo y recrea de manera fidedigna todos los personajes y lugares que visitamos. No obstante, el juego visualmente cumple con suficiencia pero sin alardes.
El juego en Nintendo Switch -versión que hemos analizado- se ve borroso y con falta de definición tanto en Modo TV como en portátil. Y de vez en cuando hemos notado algún problema de estabilidad. En cuanto al sonido, tenemos voces en inglés con subtítulos al castellano y una banda sonora que, sin ser excelente, cumple con la función de acompañamiento.