Son unas fechas espléndidas para plantar cara a un juego de terror como el que nos ocupa. La Víspera de Todos los Santos y de Fieles Difuntos… o bueno, como lo llamamos ahora, Halloween, por nuestra ya inefable influencia nórdico-norteamericana (no olvidemos que es en aquellas tierras donde nace la tradición que ahora ya todos hemos adoptado como propia). A todos nos apetece un poco de horror. Y últimamente lo conseguimos. Parece que las empresas se esfuerzan y lo consiguen, el año pasado llegamos a pasar bastante terror. Al menos un servidor. ¿Será posible en este? Preparaos, la oscuridad está cerca con Song of Horror.
Influencias de los mejores
No se trata de querer decir que Song of Horror es un cocktail, pero en cierto modo, el ojo acostumbrado al horror puede reconocer influencias que son extraordinariamente placenteras. Es una aventura nueva, pero con un modus operandi que nos hace sentir como en casa. O como en “varias casas” para ser exactos.
Un humilde servidor saltó de la silla cuando lo probó por primera vez y notó cómo el fantasma de Resident Evil: Código Verónica se asomaba en cierto modo a la pantalla. Pero bastan unos cuantos compases para ver que esto es en lo referente a ciertos apartados. El título tiene trazas de Silent Hill, Eternal Darkness y un fortísimo “ramalazo” de Alone in the Dark. De los clásicos. Y señores, esto nos ha encantado.
Un puzzle de oscuridad
La mecánica no deja lugar a dudas. Estamos ante un survival horror clásico, con puzles por doquier. Demonios, hace tiempo que no había que leer tanto en un título, pero es que parece que hasta nos invita a ello. Edgar Allan Poe y compañía establecen las bases de un relato en el que la investigación será básica, tanto analizando lo que leemos y encontramos como buscando objetos y llaves, que nos sirvan para ir abriendo camino. Y esto con unos sustos no menos que deliciosos. Ahora podríais decir “es que eso de que vibre una puerta al fondo y lo hacían en Project Zero (Fatal Frame para los que gusten de sentirse unos entendidos en juegos con nombre propio de otro territorio que no sea el PAL). Y sí, exacto. Pero es que de eso se trata.
Vamos a movernos por escenarios oscuros y cerrados, pasillos, galerías, casas, sea una mansión, sea un apartamento… (todo depende del episodio, pero luego hablamos de eso). Debemos señalar el excelso trabajo en iluminación en todos ellos, haciéndonos sentir realmente en un lugar oscuro en el que nuestra pequeña fuente de luz provoca sombras, desdibuja el rostro de los personajes y acentúa sus expresiones. Y es que sí: vamos a ver muchas expresiones faciales que ayudan a la experiencia en general.
Quick time, sí
Antes de nada: no penséis que Song of Horror es un juego pensado para que un puñado de youtubers hagan como que tienen que cambiarse de ropa interior, el título que nos trae Raiser Games llega a hacernos sentir realmente inmersos en un mundo de oscuridad, en el que además, luchar parece no ser una opción en ningún momento.
No nos enfrentamos a fuerzas terrenales, por lo que cantidad de situaciones nuestra única opción será aporrear un botón para intentar parar lo que ocurre, incluso para tratar de mantener la cordura en momentos extremos, porque nos veremos en varios. Sea controlando lo que nos pasa al estar metidos en un armario mientras nos escondemos, sea para cerrar una puerta de la que emerge forzadamente un líquido oscuro cual alquitrán que, tal como podemos imaginar, se trata del mal en sí mismo. La influencia literaria hace que sea una experiencia muy disfrutable y, sobre todo, muy clásica.
Por favor, no caigáis en la simplicidad de “era de esperar”. Cuando un juego de horror no va de matar monstruos (que podría ser el caso) y sobrevivir con municiones, la opción tratar de controlar la situación de alguna manera es la mejor. Y lo mejor es que vamos a tener muchas que atajar según lo que vaya ocurriendo. No olvidemos que Song of Horror es un juego por episodios.
¿Duración? Depende
Para completar la historia habría que acabar los diversos episodios, ver cómo confluye todo. De momento hemos podido disfrutar del primero y el segundo, experiencias que comenzaban de manera bastante dispar, pero que poco a poco se amoldaban al género hasta hacernos sentir dentro de una situación tenebrosa. Satisface, y según vuestro nivel de maestría con los juegos de puzles y terror, podéis rondar la hora por cada parte. Pero como decimos, esto es relativo. También está lo de atinar en su momento, la habilidad… de todo un poco.
Lo cierto es que es un juego en el que el miedo nos provoca una sensación de agobio, pero todo tiene una base argumental que supera con creces el terror. No esperéis estar detrás de un cojín asustados mirando a la pantalla. No queremos decir que “no sea para tanto”. Pero sí que no es un título de sobresaltos como tal. Es más sutil, y por tanto, más efectivo.
Y ahora, al jugar, ¿qué?
Song of Horror “mola”, pero también hay que señalar de cara al usuario que ciertos aspectos podrían haberse enfocado de otra manera. Las cámaras no están a nuestra disposición, sino que tienen solo una dirección. No son “fijas” en el sentido de que se desplazan (volvemos a mirar a Código Verónica), pero no hay manera de manipularlas. Y esto tiene doble rasero: por un lado implica más terror. Por otro… el usuario puede llegar a sufrirlo, ya que sea a posta o no, no siempre ofrecen “soluciones” a la situación. Y eso de notar que nos complica la vida, no es nada placentero. Esto afecta directamente el control. Con el cambio de perspectiva, por ejemplo, notamos cierta sensación de hieratismo complicado. Que por otro lado hará saltar alguna lagrimilla a los fans de Resident Evil, también tenemos que admitir.
Señalamos esos dos apartados porque son los que, a nuestro juicio, podrían haberse atajado de otra manera, provocando una sensación mejor al respecto. Aunque si la intención es que nos desorientemos, no está nada mal.
En estas fechas, un juego que nos meta de lleno en la oscuridad como Song of Horror es una maravilla, más aún cuando realmente juega con el terror y la claustrofobia, mucho más que con el susto fácil. Una experiencia que aún no está acabada, ya que nos quedan más episodios, pero que de momento nos ha hecho disfrutar de un género que parece a veces desvanecerse en pro de una ristra interminable de terror en primera persona bajo el motor de turno, véase la vorágine que hemos recibido en los últimos años, desde Obscuritas hasta Layers of Fear, pasando por el mismísimo Resident Evil o por Outlast.
