La adaptación de recientes glorias del videojuego se ha convertido en una tónica que los usuarios de Switch disfrutan, cada vez, de manera más asidua. Lo ha sido con títulos recientemente publicados como algunos de la saga Final Fantasy, y lo serán en un futuro al que podemos hacerle cosquillas, con el inminente lanzamiento de lo que parecía imposible, The Witcher 3 para la consola de sobremesa, y cada vez más portátil, de Nintendo. Hoy nos sentamos alrededor de nuestra mesa de redacción para traeros el análisis de unos dibujos animados hechos videojuego. Hablamos de Ni no Kuni: La ira de la bruja blanca, entrega de una serie que ya cuenta con dos capítulos y que ahora aterriza para volver a llevarnos de la mano a un mundo de fantasía, dibujado por las exquisitas manos de los miembros de Studio Ghibli.
Level 5, que ya nos tiene acostumbrados a maravillosos juegos de estilo profundamente nipón (Profesor Layton, Yokai Watch), tuvo a bien hermanarse con la genialidad del estudio responsable de obras de arte de la animación japonesa como El Viaje de Chihiro, La Princesa Mononoke, o El Castillo Ambulante. El resultado, Ni no Kuni: La ira de la bruja blanca, uno de los juegos de rol con más carisma y belleza de la pasada generación.
La remasterización de Ni no Kuni: La ira de la bruja blanca que nos llega de la mano de Bandai Namco a PS4, PC y Nintendo Switch, nos permite revivir las aventuras de Oliver, un niño que a la temprana edad de 13 años y después de perder a su madre, emprende una aventura inolvidable para tratar de jugar con la lógica, el tiempo y el destino.
Una vez nos sumergimos en su mágico mundo, nos encontramos con un juego de rol que trata de fusionar dos estilos de combate, y desterrar, al que ya es para muchos, un caduco sistema de combate por turnos. Así, esta aventura de dibujos animados nos plantea una aventura con un sistema de combate que saborea el sistema de turnos y el tiempo real, para ofrecer una combinación bien balanceada. No obstante, se trata de un sistema de combate que no ha dejado a todos contentos y que ha sido criticado por su relativa simpleza. Quizás, esta nueva oportunidad hubiera sido un fantástico momento para haber incluido novedades a nivel jugable que hubieran balanceado mejor este sistema para hacerlo más atractivo para los más veteranos en este tipo de juegos. Es el momento de mencionar su duración. Este título nos ofrece una larga aventura, que de manera relajada, nos ofrecerá unas 50 horas de juego, o significativamente más si descubrimos todos sus secretos.
El aspecto gráfico del título es uno de sus puntos fuertes, como ya lo fue en la entrega original. El inconfundible estilo de Studio Ghibli se plasma a la perfección fundiéndose con el juego como si hubieran sido concebidos el uno para el otro. Las escenas cinemáticas además acentúan la sensación de estar controlando una película de dibujos animados, algo que nos ayuda como jugadores a mantenernos dentro del juego.
En el apartado sonoro, disfrutaremos de nuevo de las fantásticas composiciones Joe Hisaishi, quien ya nos tiene acostumbrados a su excelente trabajo para otras obras de Studio Ghibli. Las voces podemos seleccionarlas en inglés, o para los más nostálgicos, en japonés. Un apartado muy bueno, que se redondea con un sobresaliente apartado de traducción de textos a nuestro idioma.
A nivel técnico nos encontramos con una edición que a Switch le sienta de maravilla. Una versión que nos permite disfrutar de unos coloridos y bien detallados entornos mientras nos acurrucamos bajo las sábanas de nuestra cama. Un placer difícil de explicar y fácil de entender una vez que pones las manos sobre esta maravilla jugable. Esta adaptación en Nitendo Switch se trata de un port directo de la versión de Playstation 3, al contrario de las versiones de PC y PS4, versiones mayores que nos permiten disfrutar de una remasterización con el consiguiente lavado de cara a nivel técnico, pero con el notorio sacrificio de perder la portabilidad que ofrece Nintendo Switch.
Quizá el punto débil vuelve a ser el tamaño de los textos cuando juegas en modo portátil, un mal que sufren muchos de los juegos que hacen uso de extensos diálogos, y que en la pequeña pantalla de nuestra portatil nos hace sentir como una abuela entornando los ojos para alcanzar a leer lo que pone. Un pequeño punto negro en un juego que técnicamente luce a un nivel brillante. Personalmente, me quedo con Nintendo Switch y la posibilidad de llevar conmigo a Oliver allá donde yo vaya. Una aventura absolutamente preciosa que a 30 fps brilla con luz propia en su formato portátil. Así, si tu opción es jugarla principalmente en la televisión te recomendamos las versiones que llevan realmente el apellido "remáster", las de PS4 y PC.
Tendremos la ocasión de recorrer con la ayuda de un mapa mundi un fantástico mundo que nos llevará desde maravillosas ciudades, hasta bosques y mazmorras. Pero no iremos solos, y durante nuestra travesía podremos invocar a los únimos, unos seres que nos acompañarán en los momentos más difíciles para hacer frente a la avalancha de enemigos que nos esperan en nuestro largo camino. Cada uno de estos seres, con sus propias características, imprime al título cierta personalidad, similar en algunos aspectos a otros juegos, pero con la suficiente profundidad para permitir personalizar nuestro estilo de lucha.