Los videojuegos de tenis están atravesando una crisis bastante complicada. Mientras hace unos años años había una lucha encarnizada por el trono entre sagas como Top Spin y Virtua Tennis, a pesar de plasmar conceptos bastante diferentes -Top Spin era una oda a la simulación tenística mientras que el juego de Sega apostaba por un estilo arcade más directo- la calidad de ambos era evidente. Te podía gustar uno más o menos, pero reconocías la calidad del adversario; un símil de lo que ocurre con Federer y Nadal.
Tras varios años sin siquiera juegos de la raqueta, nació la saga Tennis World Tour, cuya primera entrega se quedó ligeramente a mitad de camino entre las dos series mencionadas, pero tenía a su favor el contar con la licencia de varios de los mejores tenistas del mundo, en categoría masculina y femenina. En septiembre de 2020 salió Tennis World Tour 2 en PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC con la misma premisa y tratando de aprender de los errores, pero la pelota volvió a irse fuera de la cancha. Ahora, el juego de Big Ant Studios y Nacon se estrena en la nueva generación de consolas con alguna que otra mejora, pero insuficiente para merecer entrar en el ranking de la ATP.
Vamos por partes. Porque la incomodidad en Tennis World Tour 2 se tiene desde el mismo momento en el que arrancas el juego por primera vez y arranca su tutorial. Hasta ahí, bien. Pero si lo lógico es que te enseñen cómo se juega o algunos fundamentos básicos para coger la raqueta mejor que Joaquín del Betís, lo primero que nos cuentan es una de sus novedades basadas en un sistema de cartas, por lo que tenemos otro juego deportivo que se suma a la moda, esta vez innecesariamente.
Aunque, a decir verdad no es un Ultimate Team al uso. Estas cartas las iremos desbloqueando a medida que consigamos hitos en el juego, como ganar partidos o hacer determinadas tareas. Tareas que, por cierto, están fatal medidas. A veces te piden objetivos tremendamente fáciles, como no hacer dobles faltas o dar varios golpes planos; y otras, no cometer ningún error no forzado, algo complicado con lo impreciso que es el control del juego.
Antes de cada partido podremos asignar estas cartas a nuestros tenistas, y las podremos jugar en cualquier momento del choque. Y nos servirán para obtener bonificaciones puntuales, con las que reducir el desgaste de la resistencia, mejorar la precisión o incluso afectar la efectividad del contrario. Son mejoras, además, que al ser de porcentajes tan ínfimos apenas se aprecia su incidencia en el partido, por lo que son un verdadero sinsentido. Además de que añaden un componente arcade a un juego que quiere ser simulación, lo que denota una falta de personalidad aberrante, que se refleja en el resultado final.
A la hora de levantar la raqueta al aire, que es lo que verdaderamente importa, cuesta mucho encontrarse cómodos jugando. Por lo que decimos, el juego no tiene una identidad clara de lo que quiere y, para más inri, hay detalles que muestran que le habría venido bien unos meses más de desarrollo. Es cierto que tenemos muchas opciones para jugar al tenis, pudiendo golpear la bola cortada, liftada o hacer dejadas o globos de forma aparentemente sencilla. Pero son acciones que están lejos de asemejarse al mundo real. Algunos de estos movimientos, como responder con una dejada a un saque de 200 km/h y que esa sea precisa, evidencian la mezcla de conceptos que le hacen ser un quiero y no puedo constante.
Independientemente del tenista o la tenistas que escojamos, parece que llevan en los bolsillos un saco de piedras, ya que los movimientos son fluidos y totalmente antinaturales. El personaje se dirige de forma semi-automática a donde está la pelota de una forma casi sutil, pero eso resta opciones a quien está a los mandos. Muchos puntos que perdemos son desesperantes y precisamente por esta funcionalidad tan poco intuitiva. Los remates a contrapié de los rivales son prácticamente indefendibles, incluso aunque los intuyamos y movamos al jugador; pero esas milésimas que el juego pierde hasta hacer reaccionar al personaje hacen que sea imposible responder. Y le gritaremos a la pantalla como John McEnroe le hacía a los árbitros.
Tennis World Tour 2 tiene buenas ideas, pero es una pena que queden empañadas por todo lo demás. El sistema para devolver las pelotas es interesante, teniendo que mantener apretado el botón que queramos usar para dar un raquetazo efectivo. Cuesta medir los tiempos al principio, pero pasados unos partidos sale de forma natural. La ambientación también está bien lograda, con detalles como los recogepelotas gesticulando cuando una bola se va fuera, el juez de silla activo o incluso la posibilidad de pedir el ojo de halcón si pensamos que nos han cantado como mala una pelota que ha entrado. A medida que le echamos horas, la experiencia es más llevadera, pero sigue siendo antinatural y poco productivo hacernos a algo que funciona de una forma tan pobre.
Algunos de los mejores tenistas cuentan con sus propias animaciones al sacar o cuando están al resto. Los infinitos tics de Rafa Nadal al sacar, la elegancia de Roger Federer al devolver la bola o la versatilidad de Garbiñe Muguruza. A su favor juega el contar con la licencia de muchos tenistas profesionales, tanto masculinos como femeninos. Pero, de nuevo, flaquea en un apartado técnico que, ni mucho menos, es de nueva generación.
Los rostros de los jugadores están acartonados y son inexpresivos; si ya cuando salió el juego en septiembre para PS4, Xbox One y PC no estaba a la altura, los problemas se agravan en su lanzamiento para PS5 y Xbox Series X|S. Gráficamente es muy pobre. Y las únicas mejoras que ofrece son a nivel de contenido, con todos los DLC publicados en estos últimos 4 meses con más jugadores, ropa, raqueta y demás para conformar esta Complete Edition de Tennis World Tour 2.
Si superáis todos los problemas que tiene, Tennis World Tour 2 cuenta con un Modo Carrera que os permite crear a vuestro propio tenista, aunque las opciones de personalización son ínfimas. No aporta nada nuevo; ya sabéis. Crear a un jugador que comienza siendo un completo manco e ir ganando partidos para mejorar sus estadísticas personales para poder competir contra los mejores y colarse en los rankings. De camino, hay que gestionar el cansancio decidiendo en qué torneos participamos y en cuáles no. Aquí también podemos sacar partido de las mencionadas cartas. Y desbloquear nuevas ropas y raquetas por el camino para que todo sea algo más personal. También hay un modo Online para ponernos a prueba con otros jugadores, y aquí sí que podemos encontrar experiencias divertidas gracias a partidos imprevisibles que se alejan de las previsibles mecánicas de la IA.
La ficha completa:
Título: Tennis World Tour 2
Plataformas: PS5, Xbox Series X|S (anteriormente en PS4, Xbox One, Switch y PC)
Desarrolla: Big Ant Studios
Fecha: 25 de marzo de 2021
Precio: 49.99€