Que la nueva entrega de la saga se llamase Gears 5 y abandonara el 'of war' era toda una declaración de intenciones por parte de The Coalition, el estudio canadiense que cogió el testigo en Xbox One. La cuarta parte fue intencionadamente continuista, tal y como ha reconocido Rod Fergusson, responsable de la franquicia, pero en este caso la promesa era de que tendríamos un Gears mucho más arriesgado tanto en su propuesta jugable como narrativa.
Con respeto a las bases que hicieron que la saga creada por Cliff Bleszinski y Epic Games reformulara el género de disparos en tercera persona, pero con ganas de sacar pecho de su cosecha propia, The Coalition nos presenta un juego ambicioso, completísimo y gargantuesco, que añade cosas muy interesantes, pero al que se le nota que tiene tanto lo bueno de una celebración de final de generación como lo menos bueno de ser un capítulo intermedio en una trilogía. Nosotros ya hemos jugado a Gears 5 y te contamos qué nos ha parecido.
- Género: Shooter en tercera persona
- Fecha de lanzamiento: 6 de septiembre en Gamepass Ultimate, 10 de septiembre para el resto
- Plataformas: PC (Microsoft Store) y Xbox One
- Desarrollador: The Coalition
- Editor: Xbox Game Studios
- Precio: 69,95 € (Edición Estándar)
- Version del análisis: Xbox One S
Kait, un acierto de The Coalition
Gears 4 no fue un mal juego en absoluto, pero quizás su mayor prioridad fue la de demostrar que Microsoft tenía una buena máquina entre manos. La jugabilidad era la de siempre, con pequeños añadidos como esas tormentas tan espectaculares, pero no es que JD, su protagonista, haya marcado un antes y un después en cuanto a la construcción de personajes en los videojuegos.
El hijo de Marcus Fenix no ocupó para nada el hueco de su padre, así como Del ni mucho menos el de Dom. Sin embargo, Kait sí que tuvo un desarrollo mucho más interesante durante el juego, siendo el vehículo a través del cual conocimos algo más de cómo se relacionan los humanos no pertenecientes a la Coalición (CGO) y protagonista de una interesante trama. The Coalition avisó desde hace mucho tiempo que ella iba a ser la protagonista de Gears 5, algo que en vista del resultado podemos decir que es una decisión acertada.
Kait vuelve a ser clave en esos trazos, bastante acentuados respecto a la anterior entrega, que realiza el juego sobre cómo es vista la CGO por los Forasteros; pero es su amuleto Locust herencia de su abuela y unas visiones bastante peliagudas las que dirigen la trama principal de Gears 5. Aunque ya en el anterior juego de la saga pudimos ver que era de armas tomar, sí que se aprecia una evolución y un aumento de su capacidad de liderazgo a lo largo de la campaña.
Unos DeeBees mucho más interesantes
En cuanto a los enemigos, no debería ser una sorpresa para nadie que sigamos luchando contra el Enjambre, ese conglomerado de criaturas que surgieron a partir de los Locust tras la activación por parte de Adam Fenix, padre de Marcus y abuelo de JD, del Arma Desmanteladora de Imulsión en Gears of War 3. Aunque no tienen nuevas unidades per se, sí que aparece una novedad importante como es que las bandadas de sanguijuelas puedan poseer los cuerpos de los DeeBees, el ejército robótico de la Primera Ministra Jinn.
Otro acierto para Gears 5, que transforma unos enemigos demasiado estáticos y sin demasiado carisma en una amalgama de carne y circuitos que cuenta ahora con una movilidad y animaciones mucho más interesante. Además, protagonizarán parte de los momentos de pseudoterror que el juego quiere recuperar de entregas anteriores, especialmente del primer Gears of War.
Jack, la principal (y genial) novedad jugable
En estos momentos podemos conocer que importancia va a tener un personaje en un videojuego antes del lanzamiento si este aparece como un extra en la edición coleccionista. Lo decimos porque Jack, que viene en la Collector's Edition como un dron completamente funcional, es casi el segundo protagonista de Gears 5. Este robot nos permitirá abrir puertas y será el responsable de los socorridos pirateos, pero también sabe otros trucos más útiles en batalla como traernos munición y armas.
Pero no se queda ahí, ya que podemos solicitar ciertas acciones bastante más relevantes a Jack. A través de una habilidad de apoyo y otra de asalto, Jack nos aumenta la vida máxima, escanea el terreno en busca de enemigos o coloca una trampa eléctrica. Durante la partida, nuestro amigo robot irá mejorando a través de un clásico árbol de habilidades haciendo uso de los componentes, un coleccionable introducido en este Gears 5.
Si bien los coleccionables expandían la historia en anteriores juegos, sí que su utilidad estaba limitada a conseguir logros. Con los componentes, necesarios para mejorar las habilidades de Jack, se consigue que el jugador escudriñe algo más el escenario y también se haga con más coleccionables narrativos. Una retroalimentación entre jugabilidad y narrativa que es de agradecer.
Las mecánicas core de Gears of War son tan buenas que a día de hoy siguen vigentes ya no sólo en esta saga, si no en todos los juegos en tercera persona. El respeto desde The Coalition a las bases sentadas por Epic Games es enorme, pero sí que se han atrevido a añadir unas sabrosas especias en forma de robot de apoyo que enriquecen la fórmula jugable. Ahora además de poner la espalda contra un muro y disparar el Lancer, pensaremos en sí merece la pena usar un destello de Jack para que un enemigo salga de su cobertura ahí o esperar a ver si aparece un enemigo mecánico y aprovechar las trampas eléctricas.
Mundo "abierto" y un peculiar vehículo
Otra de las promesas de este Gears 5 era la de que los niveles fueran mucho más grandes, atreviéndose a darse un chapuzón en la piscina de los sandbox. Los dos actos centrales se aprovechan de esto para brindarnos unas cadenas de misiones secundarias que tienen como recompensa importantes mejoras para Jack, hacernos embarcar en la búsqueda de las armas reliquia (ojo al rifle de francotirador) o simplemente hacernos disfrutar de un poco de espacio en una saga tan claustrofóbica.
Para cubrir tantos kilómetros de terreno tendremos a nuestra disposición el esquife, un trineo movido gracias a una vela. En una saga como Gears, en la que existen vehículos como el helicóptero Raven, los camiones o los Centauros, parece que sabe a poco un esquife que por otro lado, cuenta con una movilidad y control bastante satisfactorios. Gears nació como una fantasía de poder y un trineo no parece satisfacerla.
Tanto las misiones secundarias, que van desde la búsqueda de un objeto a la destrucción de enemigos, como el amplio terreno y la necesidad de moverse en esquife, es lo que menos nos ha convencido de estas novedades implementadas en la campaña. Evidentemente, estos añadidos amplían la duración del juego, pero limitan el ritmo en una saga donde este es especialmente importante.
Hay zonas, personajes y detalles en este Gears 5 que van directamente a la patata de los fans de la saga. Tal y como comentamos anteriormente, hay algunas ocasiones contadas en las que el juego se permite coquetear con el survival horror que sí estaba presente en el primer Gears of War, que además tienen mucho más significado al suceder en el lugar en el que suceden. Quizás esa sería una buena forma de ampliar las miras de Gears, y no añadir unas funcionalidades propias del sandbox que no están a la altura de los mastodontes de ese subgénero y que apenas aportan algo más que un poco de variedad al juego.
Aún con la decisión final que nos hace tomar el juego y todo lo que sucede en el último tramo de este, es evidente que se trata de un corte abrupto fruto de que Gears 5 no es ni más ni menos que el centro de una trilogía. Al igual que Halo 5: Guardians, se trata de un título que prepara el terreno para un colofón final y que debe ser visto como una parte dentro de un todo. Pero eso será ya en la nueva generación.
