Todo el mundo saber que las nuevas consolas se estrenan mejor con un juego de coches imponente, y que también son la mejor forma de despedirse de una generación. Y si no es verdad, debería serlo. Al fin y al cabo, en los juegos de carreras todo tiene que ir rápido en pantalla, y cuanto más detallado sea lo que se muestra, mejor que mejor. Por eso DIRT 5 llega en el momento apropiado, y además de la mano de unos expertos en estas lides. No es solo que sea un juego de Codemasters, que ya es una garantía de éxito, sino que el equipo responsable dentro de la compañía son los ex-Evolution Studios, que hicieron DriveClub y MotorStorm.
DIRT 5 huye del realismo extremo de su hermano DIRT Rally y nos mete en un mundo de competición directa con otros conductores, en entornos cerrados. Barro, hielo, asfalto... Nada se resiste a estas salvajes carreras arcade, con un toque de realismo, y que además ofrece un buen puñado de variantes para que no sea solo competir a través de circuitos. Esta variedad llega a través de las diversas categorías de vehículos, que además llegan emparejadas con pruebas únicas. Todo eso único en una coctelera sería lo que ofrece este DIRT 5, siendo el resultado refrescante, divertido y bastante espectacular.
Pero tranquilos, profundizamos sobre ello.
La Trayectoria en el corazón
El corazón de la experiencia, aunque no sea la única alternativa disponible, es el modo Trayectoria. Aquí Codemasters huye de complicaciones y nos presenta algo muy acorde al espíritu del juego: una sucesión de pruebas con relativa libertad que te permitirá probar todo lo que ofrece DIRT 5, y por el camino desbloquear nuevos elementos para modificar tu coche, vehículos más potentes, etc... El progreso es simple: supera una prueba, y podrás elegir la siguiente entre dos opciones, en un árbol simple. Así todo el rato para ir abriendo más posibilidades y caminos según avanzamos.
Dentro de estas pruebas tendrás que conseguir quedar entre los 3 primeros para pasar a la siguiente, y habrá un punto en el que se te pidan un determinado número de medallas para avanzar. Además, dentro de las pruebas hay pequeños mini-retos ingame que van relacionados con los patrocinadores, que dan dinero extra para comprar mejoras visuales y coches (porque mejoras mecánicas no hay). El objetivo del juego es que la experiencia de juego no pare de evolucionar, y cuando no estamos con un coche nuevo, tocará una prueba distinta en un entorno diferente, reformulando la propuesta cada poco tiempo para seguir siendo divertida. Si lo que buscas es algo así, poco profundo, pero intenso, estás de suerte con DIRT 5, ya que es perfecto para todos aquellos que llegan a los juegos de coches para coger un volante y hacer el loco.
Hay carreras en circuito, de punto a punto, sobre el hielo, de sprint en circuitos ovalados, ascensiones de colina loquísima, pruebas sobre asfalto, competiciones entre la nieve, o con gigantescos charcos de barro... Como decíamos la variedad está a la orden del día, y los escenarios ayudan a ello, llevándonos del desierto a las montañas, pasando por ciudades, bosques y una gran variedad de entornos, todos perfectamente realizados. Y por si eso no fuera suficiente, los tipos de vehículos también son de lo más variado. Puede que dentro de cada categoría no haya un gran número de opciones, pero es un detalle secundario.
Un manejo extraordinario
La clave para que todo cuadre es el sistema de control implementado en DIRT 5, que funciona a las mil maravillas. Cada vehículo se nota diferente, y cada superficie tiene también su control característico. Además, la experiencia es tan configurable como suele ser en los títulos de conducción de este tipo, y se puede activar ayudas si el juego resulta demasiado exigente. Por supuesto, también hay que tener en cuenta que estamos ante un juego de carreras tradicional, por lo que no hay copiloto que valga que te cante cada curva, y necesitarás echar un vistazo al mapa y reflejos de gato para estar a la altura de las exigencias rivales. Eso, sin un control fiable sería imposible. De nuevo kudos para Codemasters.
Si nos ponemos exigentes, podemos decir que a este modo Trayectoria le falta algo más de hilo conductor, o una competición que vaya más allá de la simple sucesión de pruebas inconexas. Además, aunque hay modos de dificultad, tampoco nos ha parecido el juego más difícil del mercado en su género. A esto hay que sumar que los dos locutores que nos acompañan, doblados en inglés por Nolan North y Troy Baker, en castellano son bastante aburridos y no demasiado acertados en sus comentarios. No todo iban a ser campanillas y alabanzas para el nuevo trabajo de Codemasters.
Comparte, compite y crea
Por supuesto este modo Trayectoria, que cabe pensar que solo se puede disfrutar jugando un jugador en solitario, pero no es la única forma de experimentar DIRT 5. En Codemasters Cheshire han tenido en la cabeza que un juego de coches a estas alturas necesita ofrecer contenidos para jugar con otros usuarios y así trascender, y se lo han tomado a pecho. La demostración llega tanto de forma local, puesto que el juego permite hasta 4 jugadores en pantalla partida - incluso en el modo Trayectoria-, como de forma online, al ofrecer una amplia variedad de posibilidades de juego a través de la red de redes.
En cuanto a las opciones online más tradicionales, encontramos una amplia variedad de modos de juego y posibilidades, que van más allá de las simples carreras porque sí, con hasta 12 usuarios al mismo tiempo en sus partidas. Hay modos clásicos de la serie, y otras opciones más novedosas que buscan renovar de nuevo la experiencia de juego de DIRT 5, como si la jugabilidad del propio juego no fuera aún suficiente.
Sin embargo, eso no es todo, sino que también se nos da la posibilidad de crear y compartir escenarios para las más locas pruebas freestyle en el modo PlayGrounds. Imagina un lienzo en blanco sobre el que poner los obstáculos y con la posibilidad de adaptar las normas del juego a lo que tú quieras crear. Un paso más para ofrecer la mayor diversidad posible de opciones, al permitir que haya un número infinito de escenarios que jugar, con constantes comparaciones de puntuación con otros usuarios del juego (y esto de las comparativas es extensible a todos los modos disponibles en DIRT 5). En el estado actual de los servidores nuestras pruebas de este modo han sido limitadas, por la menor población de usuarios, pero al haber estado disponible el modo Playgrounds para insiders de Xbox sí que sabemos mejor a que nos enfrentaremos, y nos gusta mucho el resultado.
Pequeños problemas técnicos
DIRT 5 es un juego muy exigente que, además, es el fruto de la evolución de los motores gráficos de Codemasters. Sin embargo, al tratarse también de un título de nueva generación, el trabajo de afinado ha sido más peliaguado y aún hay pequeñas aristas que pulir, y que posiblemente se solucionen a lo largo de las próximas semanas. Por ejemplo, hay pequeños tirones en ciertas posiciones de las cámaras, los tiempos de carga en la generación de PS4 y Xbox One son más largos de lo que nos gustaría, e incluso algún pequeño bug y desajustes técnicos que incomodan. Nada especialmente crítico, pero sí reseñable.
Por otra parte, hay que decir que el juego cuenta con dos modos de visionado, priorizando uno calidad de imagen (resolución a 4K) y el otro tasa de imágenes por segundo (hasta 120FPS en la nueva generación, 60 en la actual). En cualquiera de los dos casos el resultado es excelente, y en contadas ocasiones verás algo que no esté a la altura de las circunstancias. Los efectos gráficos son destacables, con reflejos detallados sobre los charcos o el hielo, nubes de polvo densas, una vegetación tupida con escenarios repletos de detalles... Un buen trabajo, aunque podría pedirse un mejor modelado de vehículos y de daños, o unos interiores algo más trabajados.
En cuanto al apartado sonoro, y dejando a un lado los ya citados comentaristas, tenemos lo típico de este tipo de juegos, es decir, rugidos de motores y una banda sonora acorde al espíritu irreverente de DIRT 5. Lo primero no desentona, pero tampoco es el epítone del sonido en juegos de coches. Lo segundo es más que adecuado, aunque algo repetitivo. Y por si no fuera suficiente hemos tenido recuerdos de Vietnam de cuando jugábamos a los títulos de la serie Tony Hawk al escuchar la banda sonora. No es que sea malo, y casa mucho con el estilo del juego, pero choca.
Llega el segundo capítulo de la antología de The Dark Pictures. Después de Man of Medan, toca una nueva historia con Little Hope, que nos transporta a un pueblo maldito sucumbido por la leyenda de las cazas de brujas.
