Los siguientes instantes los reservamos para nuestros apreciados lectores. Tenéis unos minutos para quejaros de que estemos ante el enésimo refrito, falta de innovación y bla bla bla bla… y es que una introducción así para el análisis es doblemente necesaria: por un lado porque es cierto que estamos ante otra reedición. Por otro, porque es justo lo que nos habría plantado en la cara un buen Saints Row. Y The Third es el mejor. No cabe duda. Qué, ¿os hace una dosis de calles endiabladas con disparos y escuchar a The Black Dahlia Murder en vuestro coche mientras preparáis el siguiente golpe? ¡Pues claro que sí! Eso le gusta a todo el mundo. Bienvenidos de vuelta a las aventuras de esta panda tan bestia. Porque este, reiteramos, es el que mejor lo hizo. Un servidor ha tenido la opción de pasarse también el posterior, donde ya nos íbamos de madre por completo, y no puede evitar reconocerlo: la tercera entrega fue la que rizó el rizo de verdad.
Saints Row: The Third apareció allá por 2011, por lo que en ningún caso estamos hablando de un juego nuevo. E igual que os dijimos al principio del texto que os dejábamos unos minutos para quejaros por si os consideráis contrarios a la política del “refrito”, y ahora os damos una recomendación: no os dejéis llevar por esa forma de pensar en este caso. The Third ha llegado a nuestros días con tal lavado de cara que cumple (y sobradísimamente) con los cánones gráficos actuales. Llega con añadidos, y con un nivel de gamberrismo que caracteriza a la saga y que os hará pasar un rato la mar de agradable, tuvierais o no la oportunidad de disfrutarlo en su día. Un juego delicado, por otro lado, dado que Saints Row 1 y 2 no fueron sino un intento de rival de GTA que no llegaron a cuajar. Ahora ya jugamos en otra liga. Desde sus compases iniciales, el espectáculo es patente. Y más aún, ahora.
Tal como hemos dicho, al ser un juego ya existente, nuestro análisis se va a basar especialmente en qué nos ofrece en 2020 este remake. Número uno y primordial a ojos de quien suscribe: el modo cooperativo online. Es absolutamente necesario que nos centremos en ese aspecto, ya que un juego tan divertido y con esa vorágine de disparos por todas partes merecía un modo de juego así. Os recomendamos probarlo en cooperativo. Es extremadamente divertido. Otra aportación (esta vez obvia a la vez que necesaria): incluye todos los DLC del original. En otras palabras: tenéis por delante decenas de horas ante la impresionante cantidad de contenido de que hace gala. Steelport en todo su esplendor. Y por si sois nuevos en la entrega, os ponemos en antecedentes aunque sea de manera breve: somos los Saints, una banda de ladrones, gente de acción. Tan, tan famosos, que sus propios rehenes disfrutan al verles y les piden autógrafos. Y sí, podemos firmarlos.
La citada ciudad se convierte en un gran campo de batalla cuando otras bandas tratan de hacerse con el poder de los Saints, y las cosas no van a ser fáciles. Lo que nos sorprende en la tercera entrega es la cantidad de detalles que podemos ponerle al personaje, personalizándolo más que nunca (incluyendo el tamaño de los… atributos) y con cada nombre-descripción de partes del cuerpo que os va a hacer disfrutar. Y este personaje irá evolucionando, subiendo de nivel, ganando nuevas armas y mejorando casi como si estuviésemos en un RPG. Pero no olvidéis que no, esto es un juego de los que giran en la órbita de los GTA, llevando eso sí el gamberrismo al extremo y con muchísimo sentido del humor. Sí que mantiene el hecho de ir conquistando la ciudad, ganando terreno y siendo los “malotes”, pero además con referencias continuas a toda clase de obras cinematográficas y dentro del propio mundo de los videojuegos. Ah, y todo con una carga de palabras malsonantes (benditas palabras malsonantes) que os mostrarán que no es un juego para mentes sensibles, sino una auténtica locura tremendamente divertida. Un título para adultos, sin tapujos.
Queda algo por abordar, algo que nos suele espinar en esta clase de títulos (en los remaster). ¿Qué pasa con los gráficos? ¿Qué tal es eso de traer a la actualidad un juego de 2011? Simple y llanamente, excelente. Para sorpresa de propios y extraños, los modelos están hechos de nuevo, la profundidad de visión, los detalles, la suavidad, los colores… el juego se mueve como un pez en el agua (lo hemos analizado en Xbox One) y con un nivel de detalle que en 2011 era impensable. Menuda maravilla; ojalá los remaster fuesen así más a menudo. Y si queréis que saquemos el tema, la banda sonora es simple y llanamente, de lo mejor. Desde grupos extremos hasta “pachangueo” (para que nos entendamos), llegando a meterse en géneros como el viking metal (Amon Amarth de por medio), los sonidos industriales de Marilyn Manson o incluso la suavidad relativa y comercial de Black Veil Brides. Sí, nos encanta. Y a quien suscribe, más.